Brevería 1840
Por la calle me miran sorprendidos
de no verte a mi lado, de la mano;
íbamos ambos como dos sonidos
sincrónicos, saltando del piano,
siempre en el mismo acorde entretejidos,
ya en lo insólito, ya en lo cotidiano.
Y ahora me ven confuso, solitario,
alma perdida sin itinerario.
abril de 2008