Brevería 1849
Se acercaba el final; era tan triste…
Ya no me amabas, pero lo decías;
como también, quizá, se lo dijiste
a quien amabas ya por esos días.
Quien ama ve donde el amor no existe,
y yo vi tus palabras tan vacías.
Cuanto pueda decir no te hará mella
hasta que empiece a declinar tu estrella.
mayo de 2008