Brevería 1850
Me hacen falta momentos de sosiego
abrazado a una piel que no aparente,
tiempo de amor callado, sordo y ciego
a razones ajenas, inocente
como el rostro de un niño. Si me entrego
con cuerpo y alma, corazón y mente,
me urge también que quien me da su abrazo
no medite en partidas o reemplazo.
mayo de 2008