Brevería 1860
¿Quién amó sin perder, quién no ha llorado
al hacerse tangible la ruptura?
¿Y quién no se ha a sí mismo asegurado
de lo exclusivo de su desventura?
Tal vez no hay nada en ello privativo
que no haya padecido otro ex amante.
Ah, pero qué poder tan destructivo
tiene esa daga de oro fulminante.
mayo de 2008