Brevería 1890
Llegan ojos de añil y me confortan,
llegan cálidos labios y me besan,
llegan blandas palabras y me exhortan,
llegan sedosas manos y me apresan.
Y entre todas las cosas que me importan,
ya no estás tú, tus cosas no regresan.
Al alcanzar mi nueva encrucijada
reafirmo el pie, y enfoco la mirada.
julio de 2008