Brevería 1937
Y la palabra se trocó en espada,
y fue blandida en furia y aspereza
por quien un tiempo compartió la almohada,
y acostumbraba a hablar en gentileza.
Hojas fueron aquéllas que arrastrara
la corriente del tiempo, ya hojas secas;
el duende afable que las engendrara
es hoy espectro que las deja huecas.
octubre de 2008