Brevería 1941
Adhiriéndose a ti la enredadera
de estos brazos y muslos, de esta brasa
que no sabe entibiarse, de esta fiera
que cada día un límite traspasa
porque se acepta, más que se tolera,
porque se colma, y luego se rebasa;
adhiriéndose a ti, que estremecida
me absorbes antes de quedar dormida.
octubre de 2008