Brevería 1955
Se me duerme el otoño en este ocaso,
quedando tanta ruta inexplorada,
percibiendo más débil cada paso,
aunque la voluntad menos cansada.
Llama el invierno, sin que yo le atienda;
aún tengo cielos que volar, y hay mares
que debo navegar, y tanta ofrenda
por destinar a múltiples altares…
noviembre de 2008