Brevería 2146
Escribo, escribo, escribo, y me repito,
en persistente redoblar, campana;
mas si enmudezco, ¿quién oirá mi grito?
¿Quién desatollará esta caravana
de palabras de seda o de granito
que en el fondo de mi alma se empantana?
Mientras haya un mortal que escuche o lea,
mazo será mi voz que batanea.
octubre de 2009