Brevería 2186
Tallé el sueño más alto, con diadema de estrellas,
también el más profundo, de simas oceánicas,
y el más largo, sendero con dos castas de huellas,
y el más arrebatado, por sus crestas volcánicas.
Lo consigné a los brazos de una mujer hermosa,
que lo acunó algún tiempo, y amamantó entrañable.
Me lo devolvió un día, fracturado, y reposa
exánime en la estepa gris de lo irreparable.
diciembre de 2009