Brevería 2256
Llueve, llueve; se nublan las ventanas
amenazando noches prematuras;
que llueva, que en las calles aldeanas
broten paraguas; que en las angosturas
de cada sala, jóvenes y ancianas
hilen la rueca de sus desventuras.
El tacto de la lluvia es madrigal
salmodiando tu nombre en el cristal.
abril de 2010