Brevería 2260
Brazos abiertos, cóndor de tus Andes
desplegando las alas sobre huecos
a punto de colmarse, convulsivos.
Desciendo sobre ti; cuanto demandes,
o anheles, o sugieras serán ecos
de mis propios instintos agresivos.
Aterrizando voy en tus colinas,
simas, mesetas, tantos objetivos…,
penetrándote al fin por las retinas.
abril de 2010