Brevería 2266
Examino uno a uno los recuerdos
que subsistieron a mi piel ceñidos;
unos, para el baúl de los olvidos,
otros, para arrojarlos a los cerdos.
Otros, por fin, los doblaré atildados
en mi blandos armarios interiores.
¿Los tuyos? Ah, los tuyos, ruiseñores
que cantan todavía en mis terrados.
mayo de 2010