Brevería 2310
Son blandos mis recuerdos. Los cubiertos
de aristas, sangre, clavos o asperezas,
permanecen dormidos, si no muertos,
dentro de sus recónditas cortezas.
En aquéllos me abismo o les afloro
en horas solitarias, cuando crece
la orfandad del espíritu, y el coro
de amargas plañideras aparece.
agosto de 2010