Brevería 2361
Mi lecho casi vive, ve y respira,
y en noches solitarias me pregunta
por qué tu leve peso no le oprime.
Antes de responderle una mentira,
prefiero enmudecer; mas él barrunta
que mi silencio la verdad suprime.
Me lecho me conoce, y se entristece.
Se ofenderá, si ya no te aborrece.
noviembre de 2010