Brevería 258
La mesa en la penumbra silenciosa
del rinconcito en la cafetería;
y mi mano en la tuya, temblorosa,
sin percibir la extraña algarabía;
al verme en tu mirada luminosa,
fue el momento mejor del mejor día.
Y fueron horas, o quizás instantes,
pero al salir, salimos como amantes.
octubre de 1998