Brevería 2586
No hay un rincón del alma donde ella no estuviera,
ni una esquina de invierno que le hablara de frío,
ni el guiño de una estrella diciendo a su manera
que a pesar de esta ausencia todavía sonrío.
Ni hay un recodo en este camino en que progreso
donde no me parezca percibir su venida.
Aunque sé que las cosas se van, y su regreso
no es más que una esperanza que a decepción convida.
diciembre de 2011