Brevería 2622
No anticipo el exacto derrotero
del tibio roce que tu mano inicia;
dirigirlo quisiera, mente a mente.
Quedo a veces febril, mientras espero
cierta desviación, y tu caricia
se aproxima, vacila, se arrepiente.
Dulce congoja, que me incita y lanza
de la exasperación a la esperanza.
enero de 2012