Brevería 2644
Oh, la fascinación de lo prohibido,
quebrar las normas, invadir terrenos
bloqueados, y en cónyuges ajenos
desbordar el caudal de la libido.
Tal vez sin ley la sed se extinguiría
de salirse del molde concertado.
Pero ¿cómo vivir sin el pecado
que nos canta su dulce melodía?
febrero de 2012