Brevería 3101
Cuando ya me haya ido, si algo queda
de todo cuanto he escrito, sólo quiero,
no lisonjas, que son falsa moneda,
ni tampoco la auténtica, el dinero,
que en tales fechas no me serviría.
Quiero que alguien, tal vez, me rememore
por la invisible, afable compañía
que halló en mis versos, y que no deplore
la tristeza, el dolor o la amargura
que su alma revivió con la lectura.
noviembre de 2013