Brevería 362
Llegan las olas extendiendo un manto
de azul salobre y guarnición de espuma
sobre mi ardiente desnudez, en tanto
que avanza densa sobre el mar la bruma.
Más bien quisiera que una mano inmensa
flotara contra mí en la superficie,
y yo me rendiría, sin defensa,
dejando que me asalte y me acaricie.
marzo de 1999