Brevería 411
Soy la mano que a sí misma se dibuja,
la canción que nadie canta,
la semilla que en el surco no se planta,
soy el hilo desprendido de la aguja.
Trazaría tu perfil, contigo al lado;
vibrarían mis cantares en tu oído;
de mi germen brotaría un tallo erguido,
y estaría en permanencia en tí enhebrado.
julio de 1999