Brevería 412
Detén, caminante, el paso,
que es un desierto la vida;
mis labios son la bebida
más refrescante, y si acaso
acercándote a este vaso
no calmaras tus ardores,
te libaré de mis flores
una bebida de miel
que estremecerá tu piel
junto a mis propios temblores.
julio de 1999