Brevería 869
A lanzadas de luz bordaba el día,
como si fuera su mirar la aurora;
fue la victoria de la noche mía,
y ella, al amanecer, fue vencedora;
yo le había ofrecido compañía,
y así lo vió el reloj, hora tras hora.
Y al resbalar el sol en los tejados,
fuimos conjuración de enamorados.
mayo de 2002