Brevería 986
Nadie me toca, y hay una marea
de manos sobre mí; una caricia
universal que tiembla y me rodea;
tacto invisible de sensual pericia,
y a su calor la espalda se me arquea...
Y hay también desengaño, y la injusticia
de que debo en la mente recrearte
en tanto que tú y yo estemos aparte.
septiembre de 2002