De la algarabía de voces confusas, rostros sin imagen, vidas ignoradas, surgen varias sombras esperanzadoras, como refrescantes surtidores de agua. ¿Por qué en el tumulto de frases y nombres tan sólo unos pocos calan en el alma? ¿La naturaleza del mensaje, acaso? ¿O el dulce misterio del nombre que llama? Susurros y gritos azules y rojos se deslizan mudos sobre la pantalla; y entre el oleaje de esta muchedumbre nuestros ojos flotan buscando una playa. ¿Por qué se detienen ante ciertos nombres? ¿Qué adivinan ellos en ciertas llamadas? Los guían tan sólo un presentimiento como misterioso toque de campana. El primer impulso no viene a nosotros, sale de nosotros, espontánea llama, que busca en las brumas de incesante lista el mágico toque de algo que nos falta. Florece en el reino de la fantasía una imagen dulce y bella, elaborada por las ansiedades, anhelos y sueños que tejen el lienzo de nuestra esperanza. A veces la imagen se rompe al contacto, y a veces perdura penetrando el alma; pero es en el mundo de nuestras ideas que la revestimos como a una sultana. A veces la imagen se descuelga al mundo y se nos prensenta en realidad lograda. Pero casi siempre permanece oculta, desvelando rasgos, lanzando palabras, ofreciendo algunos detalles inciertos, pero manteniendo las puertas cerradas. En estos momentos, nuestra fantasía asigna los rasgos humanos que faltan. La esencia del lazo que nos une a todos los que navegamos en la telaraña, es el sentimiento de hermano, de amigo, que ahuyenta el espectro del negro fantasma que nos atenaza con sus soledades, y aplasta la rosa de nuestra esperanza.

Eres un nombre sólo, sin eco y sin sonidos, una voz apagada, un rumor silencioso, un deseo que pugna por franquear el foso que a un tiempo nos separa y nos mantiene unidos. Se llamaba a sí misma Mariposa. No conocí su rostro o su figura, pero soñé mi brazo en su cintura, al ofrecerla un beso y una rosa. Rauda sobre las aguas se desliza la Lancha, enfilando la proa a horizontes lejanos. Lleva una rosa antigua, rosa ardiente en sus manos, y en sus labios, sonrisa acogedora y ancha. Misteriosa, y etérea y gentil Bella Dama, nadadora de océanos, perdida en laberintos, hechicera de ensueños de otros mundos extintos, portadora de antorcha de poética llama. Blanca como la luz de un sol desnudo y puro, con los ojos clavados en horizonte incierto: mañana no ha nacido, y el ayer está muerto; el presente te llama, el presente es seguro. Argiegirl, deliciosa sonrisa adivinada, uniendo los extremos de los dos hemisferios; amadora de libros elegantes y serios, políglota, poeta de inspiración callada. Esta anata katami de mirada profética, de sentires profundos, suavidad y dulzura, lleva dentro una geisha destilando ternura, y raudales intensos de inspiración poética. Bimbo3, conectando desde la orilla verde de nuestro mar querido, Cantábrico risueño; confidencial amiga en el vital empeño de disipar la pena que en el alma nos muerde. Limago, jovencita con alma de poeta, y sueños temblorosos de amores esperados: Vendrán dulces y azules, negros y malogrados, y un sinfin de colores brillará en tu paleta. Sensual y refrescante Perfume de Mujer, que dejas en tu rastro caricias y emociones; los hombres que te aspiran te dan sus corazones, ¿piensas que han entendido qué les vas a ofrecer? Bailarinas de Cádiz en los tiempos de Roma poblaron de belleza las rutas del Imperio, tú, Gaditana, llevas en tu sangre el misterio de aquellas bailarinas, su elegancia y su aroma. Sencillez de violeta con lealtad de amiga, profunda confianza, firme e inalterable, generosa y atenta, conversadora amable, no llevas en el alma ni olvido ni fatiga. Ivystar, temerosa del huracán rugiente que a veces se despierta en lo profundo del alma: No te asuste su fuerza, teme más bien la calma, y deja que te arrastren las aguas del torrente. Montañesa risueña y amable gominola, caminando en la sombra de Fernando de Rojas, eres mi buena amiga, y sé que no te enojas aunque día tras día simpre te deje sola. S@ilor Moon, disfrazada de Princesa Serena: En tu intelecto brotan propósitos fecundos de rescatar las vidas de ángeles moribundos que en cunas de tristeza sueñan con tu alma buena.. Burgundy, con un nombre de color y de vino, capturando legiones de ángeles celestiales cual Prometeo hiciera, trayendo a los mortales la flamígera antorcha con el fuego divino. Soled@d, bajo el brillo de romántica luna, llevando de la mano a tu hermana del alma: pasais entre la gente con suavidad y calma, y entre la gente os veo como si fuerais una. Mujer fatal que enervas las almas de los hombres, y en tu alma misma siembras poemas inmortales: los versos que susurras son canciones reales; los besos que repartes son canciones sin nombres. Anarquista y poeta del país valenciano, y ardiente soñadora de cien revoluciones, lleva Neska, con aires de gritos y canciones, un clavel en la boca y una bomba en la mano (Doble personalidad) Callaré vuestros nombres de personas dobladas, Tú, dama respetable, tú, prostituta loca, Diálogos opuestos brotando de una boca, Ambas una y la misma, juntas y separadas. (Sin nombre) La suave melodía de tus años tempranos, rasguear de violines, susurrar de canciones, crecería en violentos rugidos de trombones con la pasión hirviente de tu cuerpo en mis manos.

Traigo una oferta múltiple y dorada de conceptos vitales encendidos. El hombre que reciba mi llamada será parte de un grupo de elegidos: hermano, compañero, camarada. Traigo una oferta roja, ensangrentada en los jugos del alma y los sentidos. Si la aceptas, mujer, serás nombrada, por mis cantos, palabras y gemidos, amiga, confidente, amante, amada.

Navegabas sin rumbo, a merced de unas olas negras, rojas y azules, en marea constante; tu velero, perdidos astrolabio y sextante, perseguía un lejano cantar de caracolas. Yo te salí al encuentro, izando la bandera de un mensaje privado, reclamando tus ojos, y desdeñando el campo de inútiles despojos, unimos nuestras rutas bajo una misma esfera. En torno nuestro aúllan los coyotes salvajes; las lobas lujuriosas ofrecen sus placeres; mujeres buscan hombres, hombres buscan mujeres, mientras tú y yo creamos nuestros propios paisajes.

Llevame al privado, llevame al privado, quiero hablar contigo sin interrupciones, y abrirte la esclusa de mis emociones, tu y yo, mi cariño, y nadie a nuestro lado. Públicas ideas en el grupo abierto: ¡Qué cacofonía de voces y gritos de multicolores mensajes escritos, rodando incesantes con destino incierto! Algunos se pierden y algunos se ignoran, y otros nos despiertan con suave llamada, y nuestra respuesta, directa o velada, saltará a la vista de cuantos exploran. Para pensamientos extraños y ocultos, y para la tierna palabra sincera, mensajes privados están a la espera, aunque nunca inmunes a gritos e insultos. La marea turbia de grosero acento cubrirá de fango y pus nuestros jardines, siguiendo los bajos y sórdidos fines de una egolatría que escupe hacia el viento. Llevame al privado, llevame al privado, quiero hablar contigo sin interrupciones, y abrirte la esclusa de mis emociones, tu y yo, mi cariño, y nadie a nuestro lado. Cántame en privado tu pasión madura, abre tus secretas puertas interiores e inunda mi mente con los mil colores de esa fantasía que vuela en la altura. Y si acaso llevas el calor humano de deseos vivos hirviendo en las venas, vuélcalos, derrámalos a manos llenas, sepulta con ellos mi cuerpo lozano. Nadie podrá vernos, nadie podrá oirnos, tan sólo la noche sabrá nuestro juego, cruzaremos ambos palabras de fuego, y nunca hallaremos el momento de irnos. ¿Estás ahí, cariño? ¿Por qué tardas tanto, respondiendo al flujo de ardientes mensajes? Quizá estés haciendo furtivos viajes vertiendo a tu paso tu amor y tu encanto. Dos o tres privados de infidelidades, dos o tres canciones a un tiempo cantadas, almas ofrecidas, luego abandonadas, y un nuevo teatro de mil soledades. ¡Qué extraño este mundo que acepta la oferta del ramo de flores de los sentimientos, y esparce las hojas a los cuatro vientos, quedando la espina de la ilusión muerta. Llévame al privado, llévame al privado, quiero hablar contigo sin interrupciones, y abrirte la esclusa de mis emociones, tu y yo, mi cariño, y nadie a nuestro lado.