Breverías
1022
He llegado a tu límite, y le toco
con mirada carnal, manos que miran,
y ahora tu nombre en un susurro invoco
de palabras que besan y suspiran.
1023
Todas las sombras hoy se te acumulan
bajo la piel del alma, envenenadas;
despedazan el gozo a dentelladas,
y la ilusión más ágil estrangulan.
Pero nubes serán a la deriva
que no enturbian la luz de tu semblante,
triste tal vez, mas no menos radiante;
queda la luz, la sombra es fugitiva.
1024
Con húmeda sonrisa, descendiendo
por cauces paralelos,
muere el amor a veces, desahuciado;
no muere el mío, aunque me estoy muriendo
de ausencias y desvelos,
llanto en leve sonrisa camuflado.
1025
¿Quién eres tú, que afluyes a la mente
en tan extrañas formas y actitudes,
con esa intromisión irreverente
que provoca deseos e inquietudes?
Este nuevo perfil, esta vertiente,
sueños inéditos a los que acudes,
me sorprenden tal vez, mas no me espantan,
y hacia ellos mis sentidos se adelantan.
1026
Me siento amado y esperado,
e irreversible es mi destino
hacia ese amor que se me ha dado,
entre lo humano y lo divino;
aún sin estar enamorado,
hacia él hipnótico camino;
su entrega es fiel, su abrazo, fuerte,
su paz no requerida. Muerte.
Sonetos
715 - Mujer Nº 1
Como el mar, su sonrisa ilimitada,
un despertar de aurora en el semblante
de cielo azul de mayo, tan radiante,
y un claro ofrecimiento en la mirada.
Cabalgando llegó en la llamarada
de cálidos deseos; susurrante
como el aire al pasar su voz de amante,
derramándose en flor sobre la almohada.
Cascada lúbrica de ardor y mimos,
silenciosa vendimia de racimos,
rastreos en recónditas regiones.
Y al fondo de los ojos el anhelo
de detener las horas en su vuelo,
y prolongar tan hondas sensaciones.
Los Angeles, 15 de febrero de 2003
716 - Mujer Nº 2
Con temblores de virgen te ofreciste,
presta la voluntad, aunque indecisa;
si bailaba en tus labios la sonrisa,
un haz de nervios la abrazaba triste.
Al fin apareció, como quien viste
manto de estrellas y en claveles pisa,
flotando sus cabellos en la brisa,
y en llama toda entera te encendiste.
Nació a la realidad tu fantasía,
y rodó la más suave melodía
sobre el vivo piano de tu piel.
Teclas desconocidas prorrumpieron
en trémulos acordes, que adquirieron
savia de nardos y sabor a miel.
Los Angeles, 15 de febrero de 2003
717 - Hombre
Me ha visitado inesperadamente
la soledad. ¿Por qué en este momento,
si hay aroma de rosas en el viento,
y un proyecto de besos inminente?
A veces, al llamarla, se hace ausente;
y a veces, con brutal atrevimiento,
me sofoca en los pliegues de su aliento,
sumiendo en niebla corazón y mente.
Soledad que apacigua y exaspera,
mi dulce, abyecta, eterna compañera,
¿por qué hoy precisamente en mi camino?
Lágrima leve y alborozo mudo,
y un brindis de sonrisas para el nudo
de vuestro íntimo encuentro clandestino.
Los Angeles, 15 de febrero de 2003
718 - Irak
Resuenan los tambores de la guerra
con insistentes, tenebrosos ecos,
al gigante se aferran los muñecos,
y la paloma herida se destierra.
De nuevo son los pobres de la tierra
carne de fuego, como troncos secos,
y la cuadrilla de cerebros huecos
en la farsa política se encierra.
Ambiciones, venganzas personales,
enarbolan banderas nacionales,
teñidas de nobleza y democracia.
Pero un sólo pendón, la hipocresía,
tremola al viento sobre la jauría
en búsqueda tenaz de la desgracia.
Los Angeles, 15 de febrero de 2003
719 - Mujer
Seas colega, amiga, esposa, amante,
en seriedad, silencio, o sonriente,
seas opaca, oscura o transparente,
desorientada, junto a mí o distante;
seas gregaria, rústica, elegante,
tímida, sosegada, vehemente;
luzcas bisutería indiferente,
u ostentosa presumas de diamante;
esto es la superficie desalada,
el humo que huye de la llamarada,
la campana que puede enmudecer.
Tú eres más, mucho más, eres la herida
que sangra por el mundo, eres la vida,
eres sencillamente una mujer.
Los Angeles, 25 de febrero de 2003
Poemas
Sueño
Te revestí de un sueño: Luz de luna,
nubes blancas, azul de mar y cielo;
te ofrecí la ternura de la cuna,
y apacibilidad de terciopelo.
Te llevé de la mano por senderos
en que el viento murmura fantasías,
deseo y sentimiento tan sinceros
como efusivas las palabras mías.
Una romanza te canté al oído
teñida en sangre ardiente de arrebato,
con acento de bárbaro alarido,
y ronroneo seductor de gato.
Y un manojo de rosas en ofrenda
de mi íntimo jardín te dio mi mano,
y ensombreció mis ojos una venda
de secesión de todo ser humano.
Sólo por ti avanzó mi pie en la tierra,
sólo hacia tu cintura fue mi abrazo,
mi pensamiento sólo a ti se aferra,
y hallo descanso sólo en tu regazo.
Y soñaste y soñé, y en ocasiones,
se duerme el alma, la razón despierta,
y el tiempo es una banda de ladrones
que dejan la esperanza medio muerta.
Qué raciocinios el cerebro emplea
que el alma desconoce o desestima,
y con su fría lógica la idea
la piel del sentimiento roe y lima.
Yo también me refugio en este sueño,
amordazando el grito de la mente;
y contra toda sensatez me empeño,
si tú no estás, en ver el mundo ausente.
Pero a veces el grito se rebela
con el impacto de un pistoletazo,
se me fractura el sueño, se me hiela
la fe, y en decepción me despedazo.
Tal vez me alzo de cara contra un muro
que me impide avanzar, tal vez lo salto,
reiniciando el camino hacia el futuro...,
para yacer de nuevo en el asfalto.
Este sueño en azul que fabricamos,
tan puro y frágil, terso y doloroso,
en el que ambos reímos y lloramos,
reducto de fatiga y de reposo;
este sueño en azul, quietud y estruendo,
nos acuchilla, y mata, y resucita,
y aunque con él vayámonos muriendo,
con él vivimos, y en nuestra alma habita.
Los Angeles, 14 de febrero de 2003
Abrázate al instante
Cómo te sangra el alma por los ojos,
y se extingue la luz de tu candela;
sigue uncida la noche a tu cintura,
aunque la aurora espléndida alborea;
y el día te resbala en la mirada
cual si cubierta de compacta venda.
Mi barco de papel, frágil, inerme,
si sobre el agua verdiazul navegas,
te ceñirás corona de naufragios
bajo el lastre oneroso de la pena.
Tienes gusto a amargura, la que nunca
de verdad te dejó, que tambalea
cada conato de sentar la planta
sobre la tierra firme de la entrega.
Ese tenaz recuerdo
que tus brazos estrechan,
es beso de humo, de aire,
y le quieres dar cuerpo, y no se deja.
Se vuelve uno a mirar lo que ha vivido,
sueños de oro tallados en la arena,
rosas que el viento deshojó, fatiga,
treguas rotas, estériles promesas;
y el pasado nos llama
decorando de flores sus miserias,
sonando bronces sobre la chatarra,
dando disfraz de gozo a la tristeza.
Muerto el ayer está, y hoy resucita,
con reiterada, joven persistencia,
cada momento que desaparece,
verso a verso engendrando su poema.
Abrázate al instante que amanece,
sólo al instante, con tesón, con fuerza,
que fluye para ti como un arroyo
de corriente incesante, siempre nueva.
Los Angeles, 21 de febrero de 2003
Día de la mujer
China:
El dragón amarillo ha despertado
del sueño secular; la flor de loto
no es ya el adorno de jardín remoto,
mas un clarín de acento arrebatado.
Tú, mujer de sonrisa maniatada,
de voluntad y mente prisioneras,
hoy se te amplían todas las fronteras,
y en tu camino no interfiere nada.
Afganistán:
Doble cárcel de piel y pensamiento,
tras los recios barrotes del chador,
en ignorancia, látigo y temor,
tu única melodía es tu lamento.
Alce el puño iracundo la cuchilla
para rasgar la ignominiosa tela,
que el alma sólo es libre, sólo vuela
cuando el miedo, cobarde, se arrodilla.
Africa:
Todo el furor de la opresión anida
en el silencio que tus ojos clava,
libre por dentro, al exterior esclava,
arrastrando una vida que no es vida.
Oye el tam-tam que llama en lejanía
a destrozar grilletes y cadenas,
y que el ardor que corre por tus venas
forje el amanecer de un nuevo día.
Indígena americana:
Olvidada en poblados miserables,
con el hambre en el vientre, y la tristeza
hundiendo el corazón y la cabeza
como cargas de acero inevitables.
Ya se te acerca la hora decisiva
de reencontrar tu dignidad humana,
cada mujer ha de llamarte hermana,
y sentirás el gozo de estar viva.
Europa:
Qué propicio contigo fue el destino,
llenando casi por completo el vaso;
sólo llevas un poco de retraso,
pero avanzando vas por buen camino.
Tantas vienen detrás, tantas no pueden
ni el ritmo mantener ni la esperanza;
sereno gozo en tu semblante danza,
y en tus ojos las sombras retroceden.
Hispanoamericana:
Tensa pasión en su interior, que nace
del cruce de cien razas, sangre inquieta
que amotina su impulso, o lo sujeta,
que exaspera a su amante o lo complace.
Largo sendero a recorrer; se guía
por el ritmo en sus pies, y el alborozo;
de la nostalgia puede ir al sollozo,
pero en el fondo es pura melodía.
Hindú:
Ha conquistado el hambre, y aún le quedan
castas que fusionar en amalgama;
sombras del Kama Sutra al Ramayana
entre su piel y su pensar se enredan.
Urdimbre que libera o esclaviza,
avance y retroceso, espuela y freno,
pero el futuro se presenta lleno
más de fuego y de luz, que de ceniza.
Arabe:
En dos idiomas, lágrima y mirada,
comunicas la historia de tu vida;
soledad de calleja sin salida,
y desuso extramuros de la almohada.
En torno a ti se ha levantado un muro
que no caerá, que debe rebasarse;
quien solamente logra hoy arrastrarse,
mañana correrá con pie seguro.
USA:
Triunfal sonrisa, sin color, sin miedo,
aún sin llegar, mas cerca de la meta;
dejó el arco hace tiempo la saeta,
y hacia la diana apunta como un dedo.
Qué paisaje irreal, qué incomprensible
tanta miseria, tanta desventura;
desde esta luz, esa distancia oscura
parece más allá de lo posible.
Los Angeles, 25 de febrero de 2003