Breverías
1316
Vas desplomándote en el claroscuro
de esta memoria, olvido y añoranza;
a qué discorde, errática alianza
de recuerdo y amnesia me aventuro.
Tu forma en la penumbra se diluye,
y puedo adivinarte más que verte;
pronto ya no presiento, se me vierte
la copa de la fe…Todo concluye.
1317
Me bordea tu espacio, se intercala en el mío,
lentamente me absorbe, ya no me queda nada;
hasta las mismas fechas que fueron vocerío
son hoy ciego silencio de ciudad saqueada.
Me han cubierto tus aguas, me han ahogado el recuerdo,
sólo hay penumbra al fondo, y con el alma ciega,
cuanto más quiero hallarme, más me confundo y pierdo;
ah, derrota y naufragio camuflados de entrega.
1318
Aguilas se me escapan de la mente,
¿quién las apresará en su pensamiento?
Saltan panteras de mi sentimiento,
¿quién domará su instinto efervescente?
¿Y quién maniatará este movimiento
que yergue su cabeza de serpiente?
Absténgase el bisoño, el inocente,
venga el provocador, llegue el hambriento.
1319
Se me desangra el día a borbotones
al yacer a tu lado, me abandona
la calma del tic tac, se desmorona
el torreón de las celebraciones.
Tanta ansiedad y tanta expectativa,
tan largo el recorrido de la espera,
y una vez en tus brazos, qué ligera
se me va la ocasión, tan fugitiva.
1320
Planté mi fe como una lanza enhiesta
enclavada en el suelo;
me fue arrancada, y ha quedado expuesta
entre la incertidumbre y el recelo.
Sonetos
1243 - Quedarse
Si pudieras amar, llama a la puerta,
desnuda estoy como la luz del día,
contagiada de insomnio, en lozanía
de mente y piel, en permanente oferta.
Y quédate después. Si fuera incierta
tu facultad de amar, tu compañía
aceptable será, pero te haría
partir cuando la aurora se despierta
La noche es el sentido, y es la cama,
pero el amanecer es de quien ama,
la sensación alzada en sentimiento.
La idea exige el cetro en la persona,
el corazón reclama la corona,
el sexo es sólo férvido instrumento.
Los Angeles, 25 de febrero de 2005
1244 - Mirada
Esta mujer con ojos de futuro,
clavados en los míos, incisivos,
y sus labios de puntos suspensivos,
me desnuda en mi fondo más oscuro.
No veo más que luz si me aventuro
dentro de mis recónditos archivos:
Me presagia; no importan los motivos,
me rasga pecho y mente su conjuro.
Su mirada es frontal, desafiante,
dejándome indefenso en un instante,
como si ya supiera cuanto he sido.
Ah, pero yo también he descifrado
sus retinas de espejo alborotado,
y a su íntima raíz he descendido.
Los Angeles, 26 de febrero de 2005
1245 - Mágica sombra
Mágica sombra, etérea silueta,
recostada a mi lado silenciosa,
has anclado en mi cuerpo, mariposa
de tenue roce, aroma de violeta.
Puede vivir dentro de mí un poeta
que te ve sin tocarte, en la dudosa
realidad de la mente soledosa,
e imaginar que contra ti se aprieta.
Pero mis manos, sin conceptos, ciegas,
no te ven ni te alcanzan si no llegas
revistiendo esta forma imperceptible
de tus sentidos. Ven, no te demores,
que los míos estallan en clamores
por esa imagen tuya más tangible.
Los Angeles, 27 de febrero de 2005
1246 - Gata, pantera
Llegó, sedosa gata, zalamera,
fricción en ronroneo a mis tobillos,
trazando en torno de mis pies anillos,
como quien algo busca, y algo espera.
Se apropió de mi mundo a su manera,
su alcoba, su diván, y sus visillos,
sorda a mi voz, errante en los pasillos…
hasta que apareciste tú, pantera.
Espíritu salvaje y la belleza
de las fuerzas de la natureleza,
erótica marea arrolladora;
con ese acoso de animal en celo
que salta o se revuelca por el suelo,
grácil, voraz, y que jamás ignora.
Los Angeles, 1 de marzo de 2005
1247 - Retrato de mujer (VI)
Qué silenciosa, inmóvil melodía,
esta mujer del cuadro, de tan leve
sonrisa complaciente…Me conmueve
su aspecto de sutil melancolía.
Sabe que no ha llegado todavía
ese instante en la vida que la eleve;
en el rostro el afán de quien se atreve,
y al fondo de los ojos, rebeldía.
Tiene el aire sensual de quien pudiera
capitular, arriando la bandera
del orgullo, el recelo o el prejuicio.
Y parece mirarme con la gracia
de quien cede al avance de mi audacia
cuando invisiblemente la acaricio.
Los Angeles, 2 de marzo de 2005
Poemas
Fin de mi periplo
Abrirás en el campo una posada
tosca y acogedora,
de vigas negras y amplios ventanales,
y habrá un pozo en el patio al que se agolpan
bandadas de gorriones,
y perfumadas rosas;
y un balcón cara al cielo, con geranios
sobre la barandilla, sol y sombra.
Descansará junto a la puerta el yugo
de la vieja carreta; las palomas,
porfiarán en tímido revuelo
por las migajas entre las baldosas;
y los dedos del viento
rozarán suavemente las coronas
de los olmos clavados junto al río,
de los amplios castaños en la loma…
Vendrán gentes de todos los países,
oficinistas, mercaderes, novias,
con el aire feliz, despreocupado,
de quien de la rutina se despoja.
Verán la gracia de tu leve paso,
la sonrisa gentil, acogedora,
te verán revestida de nostalgia,
y tan inaccesible como hermosa.
Todos han de volver sobre sus pasos
a sus monotonías y zozobras;
no tú, que seguirás en esa casa,
tan tuya, tan de tantos…En la fronda
continuará el gorjeo
del zorzal, del jilguero, de la alondra.
Transcurrirán los días
quizá a ritmo de siglos, o de horas.
Y me verás llegar, fardo de sueños
a la espalda y canciones en la boca,
coplas de amor de un corazón desierto
a punto de estallar. Sobre la alfombra
caerá el polvo de sendas y ciudades
que arrastraran mis pies y mi memoria.
Te veré, y en un ángulo del alma,
una voz inaudible, jubilosa,
me dirá que he llegado,
al fin de mi periplo. Habrá una alcoba
que reconoce el molde de mi cuerpo,
y el roce de mis dedos cuando tocan.
Vendrás cuando los ruidos de la noche
se hayan dormido ya; traerás dos copas
de rojo vino, sangre de los dioses,
y vestirás el albornoz que ignora
superfluos embalajes, y resbala
de los hombros al suelo. Se te asoma
el rubor a los ojos; te acurrucas
a mi lado en quietud, sin ceremonia,
en abrazo envolvente, y en olvido
de dos pasados como dos derrotas.
Los Angeles, 25 de febrero de 2005
Solamente a la niña
Era a veces la síntesis del alma gladiatoria,
rígido, férreo puño descargado en firmeza,
voluntad que se expresa, revestida de euforia,
como fuerza explosiva de la naturaleza.
Era a veces la hambrienta mujer voluptuosa
desbordando arrebatos y caricias de amante,
piel de vasta meseta, ni hostil ni temerosa
del dinámico paso de cada caminante.
Y era a veces la niña frágil y vulnerable,
el temblor en los dedos, el sollozo furtivo,
y el corazón rasgado por la curva de sable
de un dolor ignorante de pausa o sedativo.
La admiré por su lucha contra lances adversos,
fui el galán obsesivo que poseyó su piel,
y aunque sólo a la amante supe escribirle versos,
sólo a la niña triste no pude ser infiel.
Los Angeles, 5 de marzo de 2005
Americanos
“Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
que pasa por las vértebras enormes de los Andes.”
(Rubén Darío)
Gentes del Sur, del Centro, y aun del Norte,
hijos todos del mismo continente,
¿por qué os define vuestro pasaporte
de forma heterogénea y diferente?
Hombres de la Amazonia y la sabana,
argentinos, chilenos, mejicanos,
incas, quechúas, mayas, os hermana
la condición de ser americanos.
Os han robado el nombre que os abraza,
el continente ha sido secuestrado
por la adversa arrogancia de otra raza,
y os habeis resignado.
Alzad la voz en cólera masiva
desde la Patagonia a Río Grande
rechazando esa práctica abusiva,
y que el camino andado se desande.
América es rebaño de naciones
de la Tierra del Fuego al Labrador,
no exclusivo blasón de anglosajones
y su país sin nombre. No, señor.
Brasileño, uruguayo, colombiano,
canadiense, inuik, guatemalteco,
gritad a coro: “Soy americano”,
y que resuene en Washington el eco.
Se han apropiado un nombre que es tan vuestro
como son vuestra voz y vuestras manos.
Rescatad del secuestro
la América que sois, americanos.
Los Angeles, 6 de marzo de 2005