Breverías
1456
Me desligué de ti tan lentamente
como si fueras mi último asidero,
y me dejé arrastrar por la corriente,
involuntario, incierto viajero;
pero ningún exilio es permanente,
ningún derrumbamiento duradero.
Las aguas me arribaron al remanso,
y hoy tengo al fin propósito y descanso.
1457
Los ojos de los niños acechan el futuro,
y nosotros miramos al minúsculo ahora;
¿o están ellos anclados al margen de la aurora,
y nosotros miramos al crepúsculo oscuro?
1458
Entra en el agua, amada, para pescar estrellas,
pisa las tenues luces de las constelaciones
con nombres de guerreros, con nombres de doncellas,
para que alumbren y ardan en nuestros corazones.
1459
Qué fecha tan remota gestó mi nacimiento,
o qué fecha tardía le asignaron al tuyo;
bajo este largo puente que nos une, presiento
tacto de ambas riberas, mientras me quedo y fluyo.
1460
Seré dueño de tu ángulo dormido,
y lo despertaré con mano suave;
lo cerraré cuando haya amanecido,
y guardaré la llave.
Sonetos
1425 - La verdad
Contigo me he salido del camino
que la vida monótona nos traza,
y arrancado la hermética mordaza
que al sincero apellida libertino.
Ya tiene acento de candor genuino
mi palabra; la voz se desenlaza
de trabazón, vendaje y amenaza,
que le dieron carácter clandestino.
Hablo contigo con la mente abierta
de quien no necesita mano experta
al timón, esquivando cada roca.
Envuélvate mi honesta transparencia,
y sonríe por cada irreverencia,
que la verdad me fluye por la boca.
Los Angeles, 13 de marzo de 2006
1426 - La idea
La palabra, andrajosa vestidura,
enmascara la esencia de la idea,
que más que evidenciarla, bastardea,
como al retrato la caricatura.
La mente está en prisión, y en su angostura,
es pleno día. Al exterior vocea
la palabra en la sombra, y se moldea
a la filtrada luz de una ranura.
Cuanto se dice es sólo silueta
de aquello que se piensa. Qué incompleta
se ve el alma al hablar en ideogramas.
Y pese a la elocuencia de lo hablado,
nunca sabrás a qué nivel te he amado,
ni he de saber hasta qué punto me amas.
Los Angeles, 14 de marzo de 2006
1427 - La palabra
Sólo el presentimiento nos advierte
de lo que al fondo del vocablo yace,
acto de fe que apenas satisface
al saber que el concepto se pervierte.
¿Cómo sabré si llego a conocerte,
siendo tan problemático el enlace
entre idea y palabra? Cuando nace,
la frase llega como soplo inerte.
Con más acierto puede hablar la mano,
el ojo o el temblor; menos lejano
parecerá el mensaje siendo mudo.
Huye de la palabra, que interpreta
a nivel de emisario o de profeta
embozado en disfraz, nunca desnudo.
Los Angeles, 15 de marzo de 2006
1428 - El silencio
El silencio se viste de verdades
e irradia intimidad en su reflejo,
dorada luz al fondo del espejo
proyectándose en ambas realidades.
En silencio te miro, dos mitades
frente a frente que extático emparejo;
y tu afecto más hondo, más complejo
y más callado estalla en claridades.
Me vas amaneciendo; sin el arte
de la palabra efímera, que imparte
más neblina que luminosidad.
El silencio te muestra clara, exacta,
sin división ni lobreguez, intacta,
revelación de toda tu verdad.
Los Angeles, 15 de marzo de 2006
Poemas
Túnel
Te he esperado en el túnel de los miedos,
por donde en ciega soledad camino.
¿A qué temo? ¿Qué acoso me amenaza?
¿Y qué espero de ti, en este sombrío
momento de mi vida
en que me ha abandonado el regocijo?
Está la tarde triste
como los ojos del chaval perdido,
el lecho de la esposa abandonada,
el eterno almanaque del exilio.
Si rompe el alba en un matiz opaco,
si el pan no sabe a pan, ni el vino a vino,
si el silencio no es paz, sino abandono,
y si con lágrimas de sangre escribo,
tal vez el roce de tu piel restaure
las cosas a su estado primitivo.
Este túnel inmensamente largo,
por el que voy sin fe, sin lazarillo,
sin el arco de luz en lejanía
que fuera umbral, promesa e incentivo,
estos lúgubres miedos,
sean imaginados o legítimos,
se enredan a mis pies como grilletes,
me amordazan la boca, y cada grito
se me asfixia al nacer; mi paso es lento,
mucho más que el tic tac de mis latidos;
no sé a veces si avanzo o retrocedo,
y no sé a veces si en verdad camino.
Si el vestigio sutil de tu fragancia,
si el revuelo fugaz de tu vestido,
si el acento cordial de tu palabra
me abordaran a impactos de suspiro;
si me dieras la mano,
se restablecería el equilibrio
de mente y sentimiento
que un día tuve, que perdí yo mismo.
Si entraras en el túnel de mis miedos…
Si vinieras conmigo…
Los Angeles, 12 de marzo de 2006
Dulce se hace la muerte
He deshojado al viento, a tu llegada,
las rosas que corté por el sendero.
Marchitas ya, no tienen
razón de estar en búcaros. Sus pétalos
hoy parecen no haber nunca tenido
fragancia o lozanía. Tal vez muertos
nacieran en su día,
y yo fingí su vida. Qué grotescos
parecen a la luz de esta mañana,
en que vienes pisando los recuerdos.
Me pareció escuchar ayer sus voces,
y hoy sé que eran silencios
poblados de fantasmas
surgidos del clamor de mis deseos.
Dulce se hace la muerte
cuando una nueva vida enciende el fuego
Los Angeles, 12 de marzo de 2006
Octubre
Hace frío y la tarde pierde la luz. Se advierte,
dilatándose, leve tecleo en el tejado;
el viento, callejero rebelde, se divierte
despeinando las altas ramas del arbolado.
Parda tarde nostálgica, convocadora al fuego
del hogar, recostados sobre la piel del oso,
de tangos y boleros, de innecesario ruego,
de fervor exaltado, de sereno reposo.
El mundo se recoge sobre sí mismo; fuera
el entorno rezuma de un olor a vacío,
como quien en la sombra silencioso muriera…
dentro, conmigo, vives este mi amor tardío.
Los Angeles, 13 de marzo de 2006