Breverías
1626
Al abrirse la luz, tenue primero,
luego de par en par, vasta, imperiosa,
aún abrazado estoy, brasa y acero,
a la mujer que junto a mí reposa.
Tantas noches fue sombra, que a la aurora
se obligaba a partir, pero hoy es causa
y es efecto, escultura y escultora,
en ciclo sistemático, sin pausa.
1627
Las preguntas lejanas no saben de repuestas
convincentes; escuchan, y les responde el viento
en sus tonos ligeros, con sus aires de fiestas,
o el frío de las frases hechas de reglamento.
Son respuestas que sólo luchan en las trincheras,
ocultas a las balas que disparan las dudas;
las respuestas auténticas nacen de las aceras,
de la almohada, del parque, directas y desnudas.
1628
Seremos casa, y estará vacía,
coloquio hemos de ser, mas despojado
de ideas y verdades; si ironía,
tal vez será atropello disfrazado;
quizá nos queda sólo la alegría
de ser islotes en un mar callado.
Oh, qué celebración en solitario
cada Año Nuevo, cada aniversario.
1629
Se han abierto los brazos de todas las mujeres,
mas no hay hombres bastantes para llenar sus nidos;
tal es la discrepancia de metas y placeres,
que muchos se declaran, sin ensayar, vencidos.
1630
Hemos escrito en agua y en arena.
¿Quién logrará leer tal documento?
¿A quién convencerá nuestro argumento,
si es mensaje invisible y no resuena?
Tal vez esa expresión perecedera
no tuvo por destino ser leída,
sino que detallamos una herida
para que nadie más la percibiera.
Sonetos
1636 - Déjame estar
Voy hacia ti cubierto de un olvido
no inevitable, pero necesario,
con desteñida sangre de Calvario,
y sombra de Tabor desvanecido.
No habrá Resurrección, se ha consumido
el último residuo solitario;
sólo queda, doblado ya, el sudario,
y en el ambiente el aire enrarecido.
Tú eres el alba en que la luz estalla,
velero yo que en tu arenal encalla,
consumado un periplo displicente.
Déjame estar, las olas ya no incitan
mi impulso viajero; si me invitan,
les diré que tu playa es suficiente.
Los Angeles, 12 de febrero de 2007
1637 - De Juana Chaos
No he callar por más que con el dedo,
ya tocando los labios, ya la frente,
silencio mandes o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
(Francisco de Quevedo)
Al alma, ya de compasión desnuda,
de acrimonia y protesta la revisto;
no es tiempo de perdón, hoy reconquisto
la más audaz ley del talión. Acuda
cada cual a sus códigos; sin duda
se alegarán razones…que resisto;
si la ley exonera al anticristo,
¿debe la lengua mantenerse muda?
No, yo habré de gritarlo en los mercados,
en las plazuelas, desde los tejados,
mi palabra venablo arrojadizo.
Quien mata a hierro, por el hierro muera;
quien tantas vidas a la muerte diera,
que se muera o le maten, como él hizo.
Los Angeles, 13 de febrero de 2007
1638 - A tu manera
Tan largos son tus dedos, y afilados,
que me penetran hasta el sumergido
centro del sentimiento y del sentido,
y me roturan, lúbricos arados.
Qué luengos surcos, por tu amor trazados,
donde el grano revienta en estallido
de doradas espigas. Me han vencido,
labradora del alma, tus cuidados.
Horádame hasta el núcleo, desbarata
cada espejo interior que no retrata
tu propia imagen cuando en él te miras.
Sea todo de ti, que a tu manera
viva si vives, y si mueres, muera,
por ser mío el mismo aire que respiras.
Los Angeles, 14 de febrero de 2007
1639 - Un guión nada más
Nunca podré decir: “Llegó mi hora”.
Ni una hora tuve, ni una ha de esperarme;
he sido mucho menos, y al mirarme,
sólo un instante fui que el mundo ignora.
Un punto en la amplia, sobrecogedora
vastedad del espacio, y un adarme
en la piel de la historia, que al limarme
nadie verá caer, y nadie llora.
Pero nadie me vio venir tampoco,
por eso a nadie acudo, a nadie invoco;
“nací, viví, morí”, fiel epitafio.
Y dos fechas tal vez, eslabonadas
de un guión nada más; sólo tres nadas
sobre la cuarta de mi cenotafio.
Los Angeles, 14 de febrero de 2007
1640 - Rosa de los vientos
Me adormezco en la rosa de los vientos
repasando los puntos cardinales;
míos son cordilleras, litorales,
y los cuatro primarios elementos.
El aire que me azota, los fragmentos
del agua golpeando los cristales,
el fuego que derrite los metales,
la tierra y todos sus ofrecimientos.
Floto en la cruz de treinta y dos agujas,
conciliábulo de otras tantas brujas
brindándome sus propias direcciones.
El mundo, tal como es, me pertenece.
Aún sin poder cambiarlo, me parece
más lugar de palomas que de halcones.
Los Angeles, 14 de febrero de 2007
Poemas
La tierra será vuestra
La tierra será vuestra, multiplicad la especie,
poblad páramos, valles, riberas y mesetas,
con orgullo de bestias, matad al que os desprecie,
quemad la tierra, el aire, y si acaso profetas
levantaran sus voces contra crimen y abuso,
contra el hambre del débil, y el oro del magnate,
si alguien clamara a gritos de indignación “Yo acuso”,
crucificadle al punto, sin opción a debate.
Ríjase vuestro mundo por la ley del más fuerte,
los fantoches de turno, las máquinas de guerra;
se sostendrá la vida sólo sobre la muerte
del frágil y el caído, rémora de esta tierra.
Vivid para el presente, talad selvas y montes,
contaminad las aguas, ampliad el desierto;
no es menester crearse ni planes ni horizontes,
háganlo vuestros hijos después de haberos muerto.
Los Angeles, 12 de febrero de 2007