Breverías
1701
Amores hay nacidos a ambos lados
de la ley, y la ley es alto muro;
amores que se intuyen, silenciados,
pero con vivas ansias de futuro;
amores indecisos, desangrados,
del otro cada cual tan inseguro.
Hablad, que las palabras son metralla
capaz de derribar torre y muralla.
1702
Todo el sexo en el rostro, en cada gesto;
calor, temblor rodando en las mejillas,
fieramente el cabello descompuesto,
los párpados cerrados, maravillas
al fondo de la mente, el seno enhiesto,
y en amplio ángulo obtuso las rodillas.
Ella tan sola, con su propio tacto,
autoerótico amor, autodidacto.
1703
Este calor de julio desnivela
mi equilibrio, mi forma, mi energía;
soy sobre el mar inmóvil carabela,
dormido el viento, incierta travesía;
ni la piel, tan voraz, se me rebela,
siempre tan fácil a la rebeldía.
Ven, benigno septiembre refrescante,
y devuélveme el temple navegante.
1704
No era día especial, ni aniversario,
pero un anillo regalé a mi amante;
no vino de joyero o de anticuario,
ni era de plata o de oro o de diamante,
ni lo encontré en el cofre de un corsario.
Lo fabriqué de alambre en un instante…
Era una broma para mí. Para ella
obsequio fue de rutilante estrella.
1705
Antes que a ti percibo tu vestido,
suave, minúsculo rumor de seda,
llegado apenas, ya desvanecido;
ningún otro murmullo se te enreda
en los pies, al andar; yo estoy tendido
sobre el diván; y de repente queda
tu vestido en el suelo, y tú desnuda.
No hay pregunta que hacer. Tampoco hay duda.
Sonetos
1724 - Tímida voz
El amor que me pueble y no te diga,
no será sólo amor desconocido,
será un amor anémico, perdido
antes de madurar, mísera espiga.
Somos islas, y el tiempo nos obliga
a iniciar sobre el agua un recorrido
para tocar a los demás, y hundido
quedará quien al fin no lo consiga.
No sólo morirá el amor callado,
por igual el amante habrá cruzado
esa funesta puerta de salida.
Cuanto no se libera, se sofoca.
Intentaré que hoy surja de mi boca
esa tímida voz adormecida.
Los Angeles, 21 de julio de 2007
1725 - Alguien partió
Sobre la misma roca, día a día,
absorta en horizonte y pensamientos;
cada ola fracturada en mil fragmentos,
tal como el corazón se le rompía.
La tarde lentamente descendía,
naufragando en el mar. Qué cargamentos
de soledad, dolor y desalientos
su navío de sueños recogía.
Alguien partió, y acecha su regreso,
pero ya el labio ha desprendido el beso
que colgaba de un hilo de esperanza.
Y sin embargo, esta mujer espera…,
sin saber que ha cruzado la frontera
entre la realidad y la añoranza.
Los Angeles, 22 de julio de 2007
1726 - Primavera y revelación
En silencio me dijo tantas cosas…,
y yo las escuchaba por los ojos.
El alma está sellada con cerrojos
que sólo abren miradas luminosas.
De sentido a sentido, laboriosas
las manos hablan músculos y antojos;
de mente a mente fluyen los manojos
de orquídeas emotivas, jubilosas.
Fue para mí tangible primavera,
en eclosión de piel, enredadera
de tallos estrechándome agresores.
Y fue también revelación escrita
que yo pude leer, y que hoy musita
dentro de mí requiebros y primores.
Los Angeles, 23 de julio de 2007
1727 - La poda
Lo pretérito es árbol que soterra
largos tentáculos perforadores
en mente y corazón; son fundadores
del presente, y al mismo harán la guerra.
La poda se impondrá, tijera o sierra,
mas no para las ramas; sus verdores
seguirán acogiendo ruiseñores;
la tala habrá de hacerse bajo tierra.
Mi presente eres tú, y en él no quiero
interferencias, huellas, o reguero
que me conecte a antigüedades muertas.
Suprímanse del alma las raíces,
queden, si acaso, sombras y matices
entre ideas de júbilo desiertas.
Los Angeles, 23 de julio de 2007
1728 - Cazador de historietas
Asiduo siempre de la misma mesa
en el rincón adjunto a la ventana,
sólo café, y una expresión que hermana
propósito y cansancio. Se profesa
cazador de historietas, y no cesa
de escribir, en su ronda cotidiana,
los incidentes que su ingenio hilvana,
y como reportaje al fin expresa.
La camarera observa, sonriente.
Él mira al exterior; parece ausente,
pero el mundo reside en su cabeza.
Terminado el café, también la historia,
se levanta y se va. Ni oro ni gloria
van con él. Sólo una íntima tristeza.
Los Angeles, 23 de julio de 2007
1729 - Vendrás
En el futuro que me espera, estás.
Te he visto allí, tras el portal erguido
para canalizar lo no vivido
hacia el marco del ser, no del quizás.
Y a su debido tiempo llegarás.
No será tu arribada en estallido
de truenos en la noche, ni en aullido
del lobos en tropel. Pero vendrás.
Vendrás como la brisa, arrulladora;
desnuda llegarás, tan seductora
que me enfureceré por tu retraso.
Mas pronto argüirá tu compañía
que hay lugar en mi vida todavía
para radiante, prolongado ocaso.
Los Angeles, 23 de julio de 2007
Poemas
Sin pudor
Al caer las persianas
no duerme el día, ni la noche llega,
solamente se apagan las ventanas,
y el pudor se repliega.
El pudor, esa capa espesa, oscura,
que al espíritu entalla y deja oculto,
como ladrón robando la frescura
y el color a la rosa. No hay insulto
mayor que el proferido,
aun sin hablar, por quien repudia aquello
que en el fondo del alma ha consentido,
aparentando ultraje o atropello.
Al no que es no saludo con respeto,
basta una vez, prosigo mi camino;
al no que es un quizá, o sí clandestino,
ni me arrastro servil ni me someto.
Abra cada uno su balcón, su puerta,
a la luz, y demuestre lo que tiene,
si guarda esclavos, los desencadene,
si desea entregar, haga la oferta.
Y luego, en la penumbra de la estancia,
o a la sombra estival del arbolado,
o en el parterre denso de fragancia,
entre la multitud, o en despoblado,
desnúdese de miedos, de prejuicios,
suelte la capa que el pudor tejiera,
y recoja los pingües beneficios
de quien de sus recelos se libera.
Bajaré mis persianas, tú las tuyas,
y nos adentraremos mutuamente,
sin desdeñarte yo, sin que me excluyas,
en arrebato audaz, irreverente.
Quede el tabú, la mojigatería,
para el espíritu titubeante;
ésta es mi zona, y hoy mi único día,
y lo deseo lúbrico y vibrante.
Los Angeles, 21 de julio de 2007