Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
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Índice

Sonetos:
Sin palabras Miro hacia atrás Sólo una vez Todavía Doble actitud MSN Resurrección
Poemas:
Vieja estación
seperador

Breverías

2006
Ella le dijo tantas cosas… Dijo que le iba a preparar sábanas finas como el tacto de un ángel, donde un hijo se fraguara tal vez; que en sus retinas brillaría perenne regocijo, y gestaría rosas sin espinas. Ah, las palabras que de euforia nacen, y no saben pensar, y se deshacen.

2007
Esta mi noche espléndida, salvaje, en que todo es posible, en que la arena siente avanzar fogoso el oleaje, que yacente a sus pies se desmelena; en que audaz, fisiológico engranaje, en plena libertad nos encadena. Esta mi noche quiere ser semana, mes, año, vida, que por ti se afana.

2008
En fuerza vino, como la riada, la avalancha, el desplome, o el seísmo; la recibí, perseveré en mí mismo, pero de su explosión no quedó nada.

2009
Íntima te deseo, sin alarde, como el aire y la luz que nos abrazan con naturalidad; como en la tarde las sombras que acarician, no amenazan; confidencial, como el hogar en que arde mudo ballet de llamas que se enlazan. Como en un mundo inmaterial, vacío de todo aquello que no es tuyo o mío.

2010
Lúcida cristalera recibiendo el ladrillo, tropel de ánades rojos dispersos al disparo, porcelana de Sevres a golpe de martillo… Ay, morirse de sombras en un día tan claro.

Sonetos

2016 - Sin palabras
Llegó. No la esperaba. Sonreía. No era brisa en la tarde, no era luna suavizando la noche, ni laguna de inmóvil calma, o suave melodía. Era sed, vendaval, apostasía de convencionalismos, era cuna incubadora de panteras, una implacable explosión de anatomía. Su lengua era caudal de vino y miel derramado procaz sobre mi piel, y hablaba por las manos y los ojos. Y se negó a escuchar. Selló mi boca. “Ésta es mi cátedra, y a mí me toca pronunciar el discurso a mis antojos”.
Los Angeles, 23 de enero de 2009
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2017 - Miro hacia atrás
Miro hacia atrás. ¿Me amó, como me dijo noche tras noche, confluyendo al sueño? Cada amante a esas horas, ¿es tan dueño de la verdad como es del regocijo? Ah, los actos de fe. Qué revoltijo de testimonio, expectativa, empeño, más que objetividad, simple diseño, difuso más que lógico y prolijo. Razón, fervor: Familias excluyentes; los hijos de ella, tan clarividentes, los hijos de él, tan ávidos, tan ciegos. Y ella viene detrás, tiempo y distancia, sin percibir cadencia ni fragancia que envolvieron ayer vidas y juegos.
Los Angeles, 23 de enero de 2009
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2018 - Sólo una vez
Una vez, una sola. Fue la rosa que no vuelve a nacer, por no haber muerto; recorrido incesante, a campo abierto, sin tregua ni retorno; nebulosa flotante en el espacio, luminosa, muda cadencia en cósmico concierto; y el sueño fue que yo soñé despierto, y aún palpita en mi sombra soledosa. Sólo una vez amé. La que perdura. Me arrancaron la fe, mas la amargura no me ciñó como serpiente el talle. Añoro, me desangro…y no maldigo; pero tampoco acoso ni mendigo, aunque de angustia el corazón me estalle.
Los Angeles, 23 de enero de 2009
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2019 - Todavía
¿Sabes, amada mía? Me han llamado. Fue una voz de mujer, suave, efusiva. No te importa, lo sé; mas sigues viva dentro de mí, aunque me hayas desterrado. Por eso te hablo, en plaza y despoblado, en la tarde otoñal, retrospectiva, en la noche sin fin, que me reaviva la urgencia de yacer a tu costado. Me habló en intimidad de terciopelo, sus palabras, alondras en revuelo girando eufóricas en torno a mí; su lecho, abierto, a compartir conmigo…. Ya sé que no te importa. Te lo digo porque, al llevarte dentro, no acudí.
Los Angeles, 23 de enero de 2009
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2020 - Doble actitud
Volvemos a vivir lo ya vivido, aunque la nueva vez quizá al contrario; reconstruido idéntico escenario, nos corresponde el flanco dolorido. La vida es como el tenis; el partido alterna en saques, y hoy nuestro adversario juega su turno, y en fatal calvario el júbilo de ayer se hace gemido. Se amó desesperadamente, luego la otra parte fue escarcha, y nuestro fuego se mantuvo febril, inalterable. Y a quien nos ama inapelablemente prestamos acogida indiferente; doble actitud de víctima y culpable.
Los Angeles, 27 de enero de 2009
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2021 - MSN
Se juzgaba erudita, seductora, viendo en cada hombre un eventual amante; pobre mujer, tan gris, tan arrogante, que sigue un plan, mas lo esencial ignora. Su palabra era réplica incolora de textos devaluados, crudo implante en cada ventanilla, cada instante, y en cada derrotado que devora. Medía triunfos por masturbaciones, sus rutinarias comunicaciones desprovistas de originalidad. Mujer gastándose en itinerario demasiado trillado, y escenario falto en color, sobrado en vanidad.
Los Angeles, 28 de enero de 2009
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2022 - Resurrección
Has vuelto, sí, como en abril regresa la juventud del año en los sonidos, colores y alborozo que ateridos el crudo invierno bajo el hielo apresa. Danza la luz en los balcones, cesa la insistencia del viento en alaridos por tejados y esquinas, y hay balidos nuevos en el corral. Sobre la mesa te espera el búcaro de blancas rosas que corté en el jardín. Hay tantas cosas que empiezan a nacer, una vez más… Como tú, que de pronto resucitas, llegas a mí de nuevo, y deshabitas mi íntimo espacio de inquietud. Quizás.
Los Angeles, 28 de enero de 2009

Poemas

Vieja estación
Pasan los trenes, y aunque algunos paran, nadie desciende. La estación es sombra, quietud, silencio. Puertas y ventanas como de casa abandonada, todas impenetrables a la luz y al ojo. Al interior rebota ocasional ladrido de perro miniatura, y en la angosta salida hacia la calle, crece la hierba, se acumulan hojas, fragmentos de periódicos, botellas… La pared, desconchada y en derrota, muestra el nombre incompleto del poblado, que el tiempo en azulejos desmorona. Yo la esperaba aquí, rincón discreto, y ella venía a recogerme. La hora siempre las diez de la mañana, cuando trabajan unos y otros van de compras, pero nadie se acerca a este paraje, sino tal vez erráticas palomas. Me llevaba a su casa, ella al volante, tan decidida y grácil, tan hermosa; yo detrás, camuflado, y su mirada franca, luminosa, en el retrovisor, como la mía, brevemente; su mano, bordadora de rápidas caricias, en tanteo, rozando mi rodilla tamblorosa… Hoy no vendrá. Yo, en cambio, sí he venido. Vengo todos los días; se me agolpa toda una vida de tan pocos años en tan pocos minutos; soy esponja absorbente incapaz de comprimirse, cuanto capto, mantengo. La congoja de haber perdido no abre las compuertas del alma, que aún lo vive y atesora. Pasa otro tren. Nadie se apea. Y sigue serpenteando su canción tediosa. Salgo a la carretera, tan desierta, y me parece percibir su aroma.
Los Angeles, 22 de enero de 2009
Diseño: Carmen Álvarez
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