Breverías
2006
Ella le dijo tantas cosas… Dijo
que le iba a preparar sábanas finas
como el tacto de un ángel, donde un hijo
se fraguara tal vez; que en sus retinas
brillaría perenne regocijo,
y gestaría rosas sin espinas.
Ah, las palabras que de euforia nacen,
y no saben pensar, y se deshacen.
2007
Esta mi noche espléndida, salvaje,
en que todo es posible, en que la arena
siente avanzar fogoso el oleaje,
que yacente a sus pies se desmelena;
en que audaz, fisiológico engranaje,
en plena libertad nos encadena.
Esta mi noche quiere ser semana,
mes, año, vida, que por ti se afana.
2008
En fuerza vino, como la riada,
la avalancha, el desplome, o el seísmo;
la recibí, perseveré en mí mismo,
pero de su explosión no quedó nada.
2009
Íntima te deseo, sin alarde,
como el aire y la luz que nos abrazan
con naturalidad; como en la tarde
las sombras que acarician, no amenazan;
confidencial, como el hogar en que arde
mudo ballet de llamas que se enlazan.
Como en un mundo inmaterial, vacío
de todo aquello que no es tuyo o mío.
2010
Lúcida cristalera recibiendo el ladrillo,
tropel de ánades rojos dispersos al disparo,
porcelana de Sevres a golpe de martillo…
Ay, morirse de sombras en un día tan claro.
Sonetos
2016 - Sin palabras
Llegó. No la esperaba. Sonreía.
No era brisa en la tarde, no era luna
suavizando la noche, ni laguna
de inmóvil calma, o suave melodía.
Era sed, vendaval, apostasía
de convencionalismos, era cuna
incubadora de panteras, una
implacable explosión de anatomía.
Su lengua era caudal de vino y miel
derramado procaz sobre mi piel,
y hablaba por las manos y los ojos.
Y se negó a escuchar. Selló mi boca.
“Ésta es mi cátedra, y a mí me toca
pronunciar el discurso a mis antojos”.
Los Angeles, 23 de enero de 2009
2017 - Miro hacia atrás
Miro hacia atrás. ¿Me amó, como me dijo
noche tras noche, confluyendo al sueño?
Cada amante a esas horas, ¿es tan dueño
de la verdad como es del regocijo?
Ah, los actos de fe. Qué revoltijo
de testimonio, expectativa, empeño,
más que objetividad, simple diseño,
difuso más que lógico y prolijo.
Razón, fervor: Familias excluyentes;
los hijos de ella, tan clarividentes,
los hijos de él, tan ávidos, tan ciegos.
Y ella viene detrás, tiempo y distancia,
sin percibir cadencia ni fragancia
que envolvieron ayer vidas y juegos.
Los Angeles, 23 de enero de 2009
2018 - Sólo una vez
Una vez, una sola. Fue la rosa
que no vuelve a nacer, por no haber muerto;
recorrido incesante, a campo abierto,
sin tregua ni retorno; nebulosa
flotante en el espacio, luminosa,
muda cadencia en cósmico concierto;
y el sueño fue que yo soñé despierto,
y aún palpita en mi sombra soledosa.
Sólo una vez amé. La que perdura.
Me arrancaron la fe, mas la amargura
no me ciñó como serpiente el talle.
Añoro, me desangro…y no maldigo;
pero tampoco acoso ni mendigo,
aunque de angustia el corazón me estalle.
Los Angeles, 23 de enero de 2009
2019 - Todavía
¿Sabes, amada mía? Me han llamado.
Fue una voz de mujer, suave, efusiva.
No te importa, lo sé; mas sigues viva
dentro de mí, aunque me hayas desterrado.
Por eso te hablo, en plaza y despoblado,
en la tarde otoñal, retrospectiva,
en la noche sin fin, que me reaviva
la urgencia de yacer a tu costado.
Me habló en intimidad de terciopelo,
sus palabras, alondras en revuelo
girando eufóricas en torno a mí;
su lecho, abierto, a compartir conmigo….
Ya sé que no te importa. Te lo digo
porque, al llevarte dentro, no acudí.
Los Angeles, 23 de enero de 2009
2020 - Doble actitud
Volvemos a vivir lo ya vivido,
aunque la nueva vez quizá al contrario;
reconstruido idéntico escenario,
nos corresponde el flanco dolorido.
La vida es como el tenis; el partido
alterna en saques, y hoy nuestro adversario
juega su turno, y en fatal calvario
el júbilo de ayer se hace gemido.
Se amó desesperadamente, luego
la otra parte fue escarcha, y nuestro fuego
se mantuvo febril, inalterable.
Y a quien nos ama inapelablemente
prestamos acogida indiferente;
doble actitud de víctima y culpable.
Los Angeles, 27 de enero de 2009
2021 - MSN
Se juzgaba erudita, seductora,
viendo en cada hombre un eventual amante;
pobre mujer, tan gris, tan arrogante,
que sigue un plan, mas lo esencial ignora.
Su palabra era réplica incolora
de textos devaluados, crudo implante
en cada ventanilla, cada instante,
y en cada derrotado que devora.
Medía triunfos por masturbaciones,
sus rutinarias comunicaciones
desprovistas de originalidad.
Mujer gastándose en itinerario
demasiado trillado, y escenario
falto en color, sobrado en vanidad.
Los Angeles, 28 de enero de 2009
2022 - Resurrección
Has vuelto, sí, como en abril regresa
la juventud del año en los sonidos,
colores y alborozo que ateridos
el crudo invierno bajo el hielo apresa.
Danza la luz en los balcones, cesa
la insistencia del viento en alaridos
por tejados y esquinas, y hay balidos
nuevos en el corral. Sobre la mesa
te espera el búcaro de blancas rosas
que corté en el jardín. Hay tantas cosas
que empiezan a nacer, una vez más…
Como tú, que de pronto resucitas,
llegas a mí de nuevo, y deshabitas
mi íntimo espacio de inquietud. Quizás.
Los Angeles, 28 de enero de 2009
Poemas
Vieja estación
Pasan los trenes, y aunque algunos paran,
nadie desciende. La estación es sombra,
quietud, silencio. Puertas y ventanas
como de casa abandonada, todas
impenetrables a la luz y al ojo.
Al interior rebota
ocasional ladrido
de perro miniatura, y en la angosta
salida hacia la calle,
crece la hierba, se acumulan hojas,
fragmentos de periódicos, botellas…
La pared, desconchada y en derrota,
muestra el nombre incompleto del poblado,
que el tiempo en azulejos desmorona.
Yo la esperaba aquí, rincón discreto,
y ella venía a recogerme. La hora
siempre las diez de la mañana, cuando
trabajan unos y otros van de compras,
pero nadie se acerca a este paraje,
sino tal vez erráticas palomas.
Me llevaba a su casa, ella al volante,
tan decidida y grácil, tan hermosa;
yo detrás, camuflado,
y su mirada franca, luminosa,
en el retrovisor, como la mía,
brevemente; su mano, bordadora
de rápidas caricias, en tanteo,
rozando mi rodilla tamblorosa…
Hoy no vendrá. Yo, en cambio, sí he venido.
Vengo todos los días; se me agolpa
toda una vida de tan pocos años
en tan pocos minutos; soy esponja
absorbente incapaz de comprimirse,
cuanto capto, mantengo. La congoja
de haber perdido no abre las compuertas
del alma, que aún lo vive y atesora.
Pasa otro tren. Nadie se apea. Y sigue
serpenteando su canción tediosa.
Salgo a la carretera, tan desierta,
y me parece percibir su aroma.
Los Angeles, 22 de enero de 2009