Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Años vivos

Índice

Sonetos:
Sin palabras Al punto de morir El pozo del olvido Cuánto me amó Un sueño a mi manera Así me doy Como el mar Toda cristal
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Breverías

2056
Murió el poeta, no su poesía. Esta será inmortal. Si a veces fuera debilitándose su luz, sería para nacer en nueva primavera, para regenerarse en nuevo día, o reanimar el fuego de la hoguera. La luz que se escribió será imborrable. Brille en nosotros. Por nosotros hable.

2057
Llevaba al hombro un fardo de años vivos, pero no le pesaban, tan ligeros como globos al sol, multicolores; llenos todos de afanes explosivos, de ansias vitales y de instintos fieros, y de anticipación, y de temblores. Siempre a la espera de la aguja osada que le reviente el alma alborotada.

2058
Vengo hoy a ti sin nada que ofrecer, como quien suspendió la asignatura y dejó de estudiar; soy la mujer que, tiempo atrás, te amó en desenvoltura, y te adiestró en el arte de perder y de la soledad, tras la ruptura. Yo también he perdido en otro juego. Sólo he venido a verte y me voy luego.

2059
No hay ya palabras. En la noche han muerto todas las voces, y el silencio expresa la amargura y pavor de los amantes. Extiende sus arenas el desierto sobre el último oasis. Nadie besa, ni son las rosas como fueran antes. Se reviste la piel de escalofrío. Al romper de la aurora, qué vacío.

2060
Como rosa gentil, desfallecida sobre el mudo teclado del piano, te has desprendido de tu propia vida sin tu canto de cisne. ¿Qué hortelano de manos de aire y alma enfebrecida restaurará tu potencial humano? Duerme la melodía, no está muerta. Ni tú has dejado de existir. Despierta.

Sonetos

2077 - Sin palabras
En el silencio se durmió el sentido, abrazado quizá a la última idea. No queda ya palabra que provea recurso de expresión a lo vivido. Tú y yo no somos ya. Se ha suspendido el flujo entre los dos, y nos rodea un muro de cemento que bloquea a uno del otro. Todo se ha perdido. Perdimos el proyecto de futuro que gestamos, creció y se hizo maduro al ritmo en que el amor fructificaba. Y se extinguió el coloquio. ¿Qué le queda al bosque si perdiera la arboleda? ¿Qué pueden darse dos si todo acaba?
Los Angeles, 15 de abril de 2009
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2078 - Al punto de morir
Si la sombra extendida de la muerte hoy sobre mi perfil se proyectara, no admitiría que me abandonara tu imagen en mí impresa al conocerte. Tatuada en mis entrañas, pude verte en tiempo de optimismo y algazara, que nos unió, y en el que nos separa, al punto de anexión y al de perderte. Y al punto de morir seguiré viendo cuanto fuiste una vez, y sigues siendo dentro de mí, a pesar de esta agonía. Pero, al finalizar mi trayectoria, no quedará tal vez en tu memoria sino un concepto que soñaste un día.
Los Angeles, 15 de abril de 2009
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2079 - El pozo del olvido
En la oquedad sombría del olvido va cayendo el fervor de cada amante, exhausto de la brega sofocante de mantener lo que ya está perdido. Uno tal vez no se haya convencido de su propia derrota, y anhelante quede a la espera del supuesto instante en que será el ayer restablecido. Pero no lo será. Cuando se apaga el fuego que nos dieron, una llaga queda no más, cubierta de ceniza. Y, al escuchar, junto al brocal del pozo que el recuerdo absorbió, sólo el sollozo se escuchará del alma que agoniza.
Los Angeles, 16 de abril de 2009
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2080 - Cuánto me amó
Decía amarme tanto que ni aún ella, con los ojos cerrados, presentía sus propios límites, si los había; ¿fondo de abismo? ¿altitud de estrella? Yo nada replicaba. Su querella fue siempre mi silencio. Cada día me cantaba su amor, y recogía respuesta de aire, sin rumor ni huella. No era repudio, incertidumbre o juego; no tengo una razón, ni es desapego; prefiero simplemente no indagar. No es miedo. ¿Miedo a qué? ¿A delatarse? A veces es mejor no analizarse… Cuánto me amó…, y yo me dejé amar.
Los Angeles, 16 de abril de 2009
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2081 - Un sueño a mi manera
Me habla el sueño; su voz traza hontanares sobre la verde hierba, golondrinas bajo cielo de añil, y repentinas cataratas de luz, y pleamares. No le creo del todo; los pilares en que apoya sus piezas más genuinas, no son firme armazón, son puente en ruinas por el que van callando los cantares. Me proclama la fiesta, pero he visto tanto gris despertar que me resisto a aceptar sin recelo cuanto dice. Voy a crearme un sueño a mi manera, con los pies en el suelo, que no muera, que al despertar no se desvalorice.
Los Angeles, 18 de abril de 2009
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2082 - Así me doy
Se me desagua el alma en cada verso, como quien llena el jarro en demasía, rebasando los bordes. Mi energía me deserta al compás que me disperso. Conmigo mismo sin cesar converso, ¿quién errará en tan franca compañía? Pero dejo fluir cada alegría, cada dolor, de mi íntimo universo. Cuanto me colma se me va ligero, y en la medida en que renazco, muero, pues no sé retener, y así me doy. Tú, que tocas mi vida en la lectura de lo que expresa mi pasión, procura sonreir y llorar por lo que soy.
Los Angeles, 20 de abril de 2009
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2083 - Como el mar
Eres el mar, sonoro, movedizo, vienes y vas, y en tu incesante canto, rutinario y variable, gozo y llanto, como una de tus olas me deslizo. Tan seguro en tu margen fronterizo y tan consciente de tu propio encanto que todo se te debe; y entretanto, y pese a tu arrogancia, te humanizo. Oh, mar, oh, mar, que ni andas ni aleteas, que abusivo y metódico te empleas en danza sin propósito ni altura. No volveré a tus playas. Me has dictado dureza y rigidez de acantilado, en la búsqueda yo de la ternura.
Los Angeles, 20 de abril de 2009
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2084 - Toda cristal
Eras toda cristal; podía verte como a través del aire, en transparencia; eras extática circunferencia, sin aristas ni esquinas, al quererte. Mágica seductora que convierte en perversión angélica inocencia, y doblega apatía o resistencia del más desentendido o el más fuerte. Yo era también cristal, diáfano, ajeno a cuanto no eras tú; también el trueno que al relámpago sigue, inapelable. Pero hoy mis pasos van sobre pedazos de vidrio oscurecido, y arañazos me desgarran la piel. Tú eres culpable.
Los Angeles, 20 de abril de 2009
Diseño: Carmen Álvarez
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