Breverías
2101
Es íntima esta voz, nadie la escucha,
no irrumpe al exterior, pero estremece,
no canta en los caminos, ni en la ducha,
ni rueda por las plazas, ni ensordece;
sólo invita a la paz, no ama la lucha,
y no pretende más que se merece.
Y en silencioso tono dialogamos
dondequiera que estemos o vayamos.
2102
Me duelen en el alma las cenizas
que el tiempo va enfriando. Fueron llamas
en persistentes danzas tornadizas,
bandas de alondras sobre muertas ramas.
Una mano de nieve apagó el fuego
que mano astral al encenderlo fuera;
sólo un hilillo azul, plañido o ruego,
serpea en vertical…, y se libera.
2103
Se me rompen las aguas; llega el parto
alumbrador de mi apremiante sueño;
que sea de oro, ya aborté el de esparto;
sea grandioso, ya enterré el pequeño.
Si quieres ser partícipe, presenta,
en persona no más, tus credenciales;
deberás ser audaz, y estar hambrienta
de luz, de ideas, de ímpetus sensuales.
2104
Existo en el papel. Si no escribiera,
sería una hoja en blanco, sepultura
sin nombre ni apellidos, y sin fechas.
Escribo, luego vivo, a mi manera.
Cada uno se fabrica su aventura,
siembra sus campos, siega sus cosechas.
2105
¿Dónde están los trofeos, las victorias,
a través de la edad acumulados?
Exiguos rastros de pasadas glorias,
chatarras afectivas, a ambos lados
del sendero otoñal de las memorias,
árboles secos ya, desarraigados.
Corta las rosas de hoy, y los claveles,
que también reverdecen los laureles.
Sonetos
2138 - Nada (I)
Antes de ser la luz, no fue la nada,
fue el caos, de tinieblas recubierto.
Todo estaba dormido, más bien muerto,
cósmica sepultura desolada.
Y dijo Dios: “Reviente la alborada,
surja la claridad, y este desierto
de formas en confuso desconcierto
estructúrese en ángulo y plomada.
No se dio creación; en aquel día,
el primero de todos, la anarquía
cedió sus laberintos al sistema.
Como si de enigmáticos enredos
de letras sin sentido, con sus dedos
bordara Dios telúrico poema.
Los Angeles, 13 de julio de 2009
2139 - Nada (II)
No me dijiste nada. La mañana
se iba también vacía de rumores.
En el campo, los recios labradores
forjaban su tarea cotidiana.
A lo lejos, la voz de la campana
publicaba las horas. Sus colores,
sobre las bardas, diminutas flores
exhibían en viva filigrana.
Un olor a pan tierno se pregona
en la proximidad de la tahona,
y el roble de la plaza cabecea.
Todo el paisaje en placidez bucólica
me sacude la fibra melancólica…,
y tu silencio a gritos me golpea.
Los Angeles, 13 de julio de 2009
2140 - Nada (III)
Del todo hacia la nada es un sendero
directo, estrecho, sin bifurcaciones,
por el que suelen ir las ilusiones,
de la fragante rosa al pudridero.
Viene el amor, y el mundo es monedero
de piezas de oro y plata, de balcones
desbordantes de orquídeas, de rincones
plenos de luz, de acentos de bolero.
Pero el camino agota, arideciendo,
la esplendidez de ayer, que en el estruendo
de alborotos banales se ha de hundir.
Se tiene todo cuando a amar se empieza;
excepto la inequívoca certeza
de que el amor también sabe morir.
Los Angeles, 13 de julio de 2009
2141 - Nada (IV)
La vida es casi nada, es humareda
fugitiva de fuego agonizante;
polvo gris que alborota el caminante,
pétalos secos en la rosaleda.
Nacer para morir, corta vereda
que hace al hombre extranjero, visitante
en su propio cantón, sin más constante
que el cuño de su pie sobre la greda.
Con las manos vacías del mendigo
recalamos al mundo, y el postigo
de salida igualmente cruzaremos.
¿Y el espacio intermedio? Ah, la vida:
Carencia, negación, estrago, herida…
trazo minúsculo entre dos extremos.
Los Angeles, 13 de julio de 2009
2142 - Nada (V)
No queda nada ya; sólo el sangriento,
largo puñal de la palabra dura,
blandido cada vez que la ruptura
vuelve a desgobernar el pensamiento.
Ciertas frases no son desprendimiento
de hojas muertas, ni admiten tachadura,
ni saben disiparse; su estructura
no enmascara su espíritu violento.
Si una vez se dijeron, nos envuelven
en su mortaja de dolor, y vuelven
una vez y otra vez, rudo martillo
cantándonos a golpes incesantes
que, de nuestros alcázares de amantes,
no subsiste ni el último ladrillo.
Los Angeles, 14 de julio de 2009
2143 - Nada (VI)
Desciendes, escuchando tus latidos,
a la base del alma en agonía;
se te aparece en sombra, y tan vacía
como arpa desprovista de sonidos.
¿Qué fue de los murmullos y estallidos
integrados en tu íntima armonía?
¿Dónde el sabor a miel, la luz del día,
la rebelión global de los sentidos?
Llevabas en ti misma el andamiaje
de ese amor esencial, sin maquillaje,
que subsiste en perenne construcción.
Y se desvaneció, como se esfuma
la niebla, el humo, el bálsamo, la espuma…,
dejando un aura de desolación.
Los Angeles, 14 de julio de 2009
2144 - Nada (VII)
Asciendes a la mente. Qué desierto.
Arenal infinito; ni el lejano
perfil de una palmera, ni la mano
del nómada cordial, semidespierto.
Como si cada idea hubiera muerto,
y se empeñara la memoria en vano
en desandar barranco y altiplano
para dejar ayer al descubierto.
Un ayer fracasado, en franca fuga,
que si al paso arribó de la tortuga,
al de gacela desapareció.
Sólo un espacio despoblado queda,
por donde ya ni el débil eco rueda
del nombre que otro tiempo resonó.
Los Angeles, 14 de julio de 2009
2145 - Nada (VIII)
No tienes ya palabras; agotaste,
no los temas de diálogo tejidos
en nuestro ciclo de años encendidos,
mas la aptitud de hablarlos, por desgaste.
El tiempo fue limándote. Llegaste,
por el declive, al fondo; los sentidos
erosionados por la ausencia, ungidos
de ocio y apremio, asolador contraste.
La intensidad retrocedió hacia el tedio,
coyuntura asfixiante, sin remedio,
que el don de la palabra incapacita.
Ya no sabes hablar, o ya no puedes.
Tan muda estás, mirando a las paredes,
mientras el mundo en derredor te grita.
Los Angeles, 14 de julio de 2009