Breverías
2281
La visión de tu amor me da energía,
la percepción del mío, intrepidez.
Esta corriente entre ambos polos guía
la fe a un nivel más alto, y a la vez,
nos clava en ansiedad, y nos alía
en fervor, inocencia y desnudez.
No hay ya sobre la piel ni bien ni mal,
tú y yo en el paraíso terrenal.
2282
No me describas tu pasión, tu afecto,
que la palabra es deficiente, y mata.
Que me hablen por sí mismos, sin hablar.
Desbórdate hacia mí, que así conecto
la voluptuosidad que me arrebata
a lo que no has sabido articular.
2283
Redescubrí mi hogar, abrí la puerta,
y eras tú, y me quedé: Fin de camino.
Tanto vagar en búsqueda de oferta
que siempre mía fue; qué desatino.
Se indaga, se codicia, se rastrea,
en desesperación o en optimismo
lo que el alma, o el cuerpo, fantasea,
y vive al lado, o en cada uno mismo.
2284
Te enamoraste un día de tu amante,
pero llegó a su fin. Desde ese instante
del amor solamente te enamoras.
¿Y dónde quedo yo? ¿Qué es nuestro pacto?
Mi amor es muy concreto, el tuyo abstracto;
mientras yo te amo a ti, ¿tú rememoras?
2285
No existe amor eterno, sólo intenso;
ama como si un día terminase;
quien ama para siempre se suicida.
Sube el amor como espiral de incienso,
milagro en cada aliento, en cada frase,
diluyéndose al fin en despedida.
Sonetos
2365 - Quisiera, quiero
Quisiera, quiero, compartir contigo
no ya mi regocijo y mi ventura,
sino cada ansiedad, cada amargura,
que en mi rastrojo, a mi pesar, espigo;
cuanto me agrieta el alma y no prodigo
sobre tu placidez o tu locura,
por temor a turbar la arquitectura
de este amor que construyo, a que me obligo.
Pero no hacerlo es denegarte el fuero
de hacer tuyo mi auténtico sendero,
adentrándose en mí sin restricciones.
Hazte dueña de mi íntima congoja,
que quien al fondo de mi afán se aloja
subyugará mis propias emociones.
Cantabria, 11 de mayo de 2010
2366 - Mirando atrás
Hombre soy que se enfrenta a la dolencia
del amor poseído y fracasado,
con la satisfacción de haber amado,
no con la pesadumbre de la ausencia.
En armonía amé, y en turbulencia,
gané y perdí, galante y agraviado,
llegué a mi fin; la herida en mi costado
da, más que ofuscación, clarividencia.
Si resalta una cruz sobre mi vida,
no me extingue la llama que encendida
mantuve un día, ni me enturbia el juicio.
Más que mirar atrás envuelto en ira,
mi alma percibe, y a la vez suspira,
por cada intimidad…, y la acaricio.
Asturias, 12 de mayo de 2010
2367 - Fue
Casi me amó en la hondura y la manera
que mis sueños hubieran requerido;
y el gozo me otorgó de haber vivido
al tornarse la vida forastera.
Fue mensaje, más bien que mensajera,
infiltrado en la mente y el sentido;
era mi propio nombre y apellido,
y las antorchas de mis noches era.
Punto de referencia en los momentos
en que, al fallar la rosa de los vientos,
queda nuestro bajel desorientado.
Fue la resurrección que no se advierte
hasta que el beso helado de la muerte
nos deja el corazón crucificado.
Oviedo, 14 de mayo de 2010
2368 - Al fin te vas
Con tantas he intentado reemplazarte,
irme de ti, borrar tu calendario,
que para conseguirlo es necesario
sepultarme, más bien que sepultarte.
Tu muerte no resuelve cada parte
de la ecuación, pues queda mi calvario;
la mía en cambio afronta un escenario
sin dolor que consiga ensangrentarte.
Yo soy tu nada, y eres tú mi todo,
tú en alto vuelo mientras yo en el lodo,
si yo hacia ti, tú cada vez más lejos.
Al fin te vas, en realidad te has ido,
y aunque ya no me ves, entras sin ruido
por la puerta de todos mis espejos.
Oviedo, 16 de mayo de 2010
2369 - Nunca supe
Nunca supe de amor; en esa trama
se conspira, se juzga, se imagina,
tal vez se desconecta o se combina
sentido y sentimiento, y se derrama
descaro o candidez sobre la cama,
donde en acción, ya abierta o clandestina,
la piel o se somete o se amotina,
desfallecida brisa o viva llama.
Nunca supe de amor. Lo que sabía
era pura lección de anatomía,
simple frivolidad artificial;
mitad, si en plenitud, rudimentaria,
carente de esa ráfaga incendiaria
que me infundiera tu alma de cristal.
Cantabria, 18 de mayo de 2010
2370 - Las diez
Eran las diez en punto. La campana
del convento mezclaba su tañido
al vuelo del zorzal, que estremecido,
cruzaba errático ante mi ventana.
Eran las diez; tus diez de la mañana,
hora en que el sexo yace adormecido
y, ausente en el trabajo, tu marido
hojas de cálculo tedioso hilvana.
Y en estas diez, plenarias, luminosas,
vestíbulo sensual de las esposas
que en estériles noches languidecen,
el pulso de tus venas se encabrita,
y en tu cuerpo vibrante de Afrodita
las más íntimas grietas se humedecen.
Cantabria, 20 de mayo de 2010
2371 - Contigo
Contigo canto, me acongojo, río,
y ninguna experiencia me es ajena;
el mundo es año nuevo y nochebuena,
la vida, confianza y desafío.
Mi canción se deshace del gentío
que pudiera escucharme, y en la escena
sólo te mueves tú, grácil, serena,
complicidad ligera de atavío.
He abdicado de sábanas extrañas,
y me absorbes, caldeas y enmarañas
entre las tuyas propias, luz y miel.
Voy por el tiempo sin contar los días
en esta unión de dos anatomías,
en esta conjunción bajo la piel.
Cantabria, 21 de mayo de 2010
2372 - Disparidad
Tanta disparidad, tantos errores,
tanto infortunio colma mi equipaje,
que se me tambalea el andamiaje
sostenedor de ideas y labores.
Surgen de mí gemidos y clamores
por el amor frustrado. Qué montaje
de sombras y barrotes, qué engranaje
de abrojos, acrimonias y dolores.
Pierde color el día, y oscurece;
cada triunfo de ayer se empequeñece,
cada derrota de hoy se regenera.
Aspiré a ser su caballero andante,
mas descubrí en el núcleo de mi amante
un alma fabricada de madera.
Cantabria, 22 de mayo de 2010