Breverías
2381
Ruedo por tu cerebro y tus entrañas,
soy tu río, tu música, tu viento,
y aunque no te percates, me acompañas,
siendo, bajo mi piel, atrevimiento.
Como en tu propio ser y afán me inyecto,
a mi forma y esencia te entrelazas;
somos ambos eufórico proyecto
incapaz de exigencias o mordazas.
2382
Silencio, nada más en torno mío.
En su jaula, el canario piruetea,
mas ya no canta. Duerme el limonero.
Por los cañaverales baja el río,
mudas las aguas. En la chimenea
se inventa el humo vertical sendero.
Parecen haber muerto los rumores
de soledad. Pero aún quedan las flores.
2383
Quisiera andar, andar, sin norte fijo,
mas todos los caminos se han cerrado.
¿Y si a campo través? Cuando lo elijo
se me opone la tapia o el cercado.
Por doquier negativas, restricciones,
ya sobre el intelecto o el paisaje.
Chirrían cerraduras y eslabones,
y hay piratas por mar al abordaje.
2384
Urge un golpe de viento huracanado
para aventar las almas. Las ligeras,
proscríbanse al desierto, y depurado
quede el mundo de huecas mensajeras.
Las que mantengan su lugar, erguidas
en solidez de roca, perseveren.
Con ellas quiero conversar cien vidas,
y hacerles el amor…si ellas quisieren.
2385
Fue tan provisional como andamiaje
retirado al cumplirse sus funciones;
o albergue al que se va por hospedaje,
partiendo al clarear sin emociones.
Pero anhelaba espacio indefinido,
sin reloj palpitante, sin partida;
obra que alguien le hubiera construido
con algo de color y algo de vida.
Sonetos
2501 - Voz
Me llegó su palabra por escrito,
elemental, vacía de rumores,
rosa exenta de aromas y colores,
de tono neutro, pero no marchito.
Me llegó por teléfono, exquisito,
flúido acento en ala de temblores,
diríase rondó de trovadores
o arrullo de la reina al favorito.
Y un día, al fin, me la ofreció en bandeja,
como en brindis de vida, que despeja
los últimos vestigios de la duda.
Se llegó frente a mí, me habló en directo,
se hizo la luz, y el mundo fue perfecto
cuando en silencio me abrazó desnuda.
Los Angeles, 9 de noviembre de 2010
2502 - Llama
Te presiento en la llama temblorosa
flotando erguida sobre el candelero,
balbuceo en la mecha prisionero,
blanda punta de lanza luminosa.
Perforas la tiniebla, sigilosa,
tímida a emanciparte, y desespero
por deshacer el vínculo jaulero
que en grilletes al pábilo te esposa.
De lograrlo, ya libre, ascenderías
taladrando las zonas más sombrías
de este alma en vacuidad de no tenerte.
Arde, pequeña, pero intensa, llama,
que si un lado glacial hay en mi cama,
se abrasa el otro imaginando verte.
Los Angeles, 10 de noviembre de 2010
2503 - Condenado
Confuso despertar, tras haber muerto.
Ausentes ya los rostros conocidos,
en torno a ti se agolpan los olvidos,
acosando tu mente al descubierto.
Remotas sombras de perfil incierto,
vagas firmas de oscuros apellidos,
juramentos en textos desvaídos,
surgen de tu conciencia a campo abierto.
Te acusan, y el rencor de sus protestas
exige conclusiones y respuestas
que no serás capaz de argumentar.
Ya es tarde, eternamente condenado
a escuchar el lamento desgarrado
que en vida te negaste a amortiguar.
Los Angeles, 11 de noviembre de 2010
2504 - Canto
De las derrotas de la vida canto,
de la sangre, el tropiezo, la amargura;
me he doctorado en tal asignatura
y me adorna el birrete del quebranto.
Vivan los triunfos de su propio encanto,
gozo y clamor coronen su aventura;
yo avanzo en espectral cabalgadura
con silencio y dolor bajo mi manto.
En sus profundidades se alimenta
mi compasiva voz, que sólo intenta
proporcionar al alma compañía.
Voz que entiende el sollozo de quien llora,
y sabe que el amor no se deplora
ni aun después de perdido en agonía.
Los Angeles, 11 de noviembre de 2010
2505 - Breve amor
Fue un breve amor, ingrávida pisada
de huella nítida sobre la arena;
amor de golondrinas y colmena,
dulce fugacidad, clavel y almohada.
Si fue ramita de abedul truncada,
fue también madreselva y hierbabuena;
sonríe el alma y a la vez se apena
de tan intensa y corta llamarada.
Fue aurora boreal, visión y rosa,
belleza de un instante, primorosa
como no hubiera sido si extendida.
Llegó y se fue, pero también estuvo,
ni yo la importuné ni me retuvo;
tal vez por eso es tanto de mi vida.
Los Angeles, 11 de noviembre de 2010
2506 - Es bajel encallado
Se me va perfilando en sus temores,
sus trazos familiares, la constante
necesidad de hablar, su fluctuante
postura ante la vida o los amores.
Agazapada, o entre bastidores,
le acecha soledad tan agobiante
que ella misma no alcanza qué apremiante
se le hace huir de sus alrededores.
Tanto quiere vivir que no ha vivido,
tantos hombres le trenzan su libido
en ilusorio, anárquico ballet.
Esclava de su propia circunstancia,
es bajel encallado en la distancia
de los ficticios mares de internet.
Los Angeles, 12 de noviembre de 2010
2507 - Mensaje
He visto tu mirada en las retinas
misteriosas, serenas de mi gata;
visión de placidez, de miel y nata,
como la princesita en Las Meninas.
Una erupción de súplicas felinas
me sobrecoge el alma y la arrebata,
y muy al fondo, un címbalo de plata
percute en mis más íntimas esquinas.
Me inclino y la acaricio. Arquea el lomo
con montaraz sensualidad. Me asomo
al borde de sus ojos y comprendo
su vital, enigmático mensaje.
Me habla en tu mismo enfático lenguaje,
e intuyo que me vas perteneciendo.
Los Angeles, 13 de noviembre de 2010
2508 - Indagaciones
¿Para qué la verdad, si la mentira
confiere protección a ambos sujetos?
En la verdad residen esqueletos
que engendran pánico o provocan ira.
Labios que besan, alma que suspira,
¿lo harán al revelarse los secretos?
La confesión de pasos indiscretos
¿será aire puro que el amor respira?
No hay alma sin altar a otras deidades,
ni mente que no aloje ambigüedades,
ni hombre o mujer sin cámaras oscuras.
Si viera tu interior, ¿te aceptaría?
No profundices, y ama día a día,
sin excavar extrañas sepulturas.
Los Angeles, 15 de noviembre de 2010