Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Visiones de ayer

Índice

Sonetos:
Sosiego Transitoriedad Mi bloque Rostros del recuerdo Deletreo Visiones de ayer Sigo asomado Oh, mi ciudad
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Breverías

2446
Goza de este momento, canta, besa, que se irá como golpe de campana. Recuerda que si ayer ya no regresa, tampoco este hoy regresará mañana.

2447
En soledad anida la tristeza, como el placer requiere compañía; la inestabilidad a ésta se alía, y el aislamiento engendra fortaleza.

2448
Crear es prodigarse, dar la vida, soplo inspirado sobre el alma inerte que logre despertarla, si dormida, y si debilitada, hacerla fuerte; es la llama vital que, aunque escondida, desterrará las sombras de la muerte. Crear es engendrar, parir, nutrir, al tañer, al pintar, al escribir.

2449
Dicen cosas de ti que te enaltecen, dicen cosas de ti que te difaman. Con aquéllas, tus ojos resplandecen, en éstas ves traiciones que se traman. Y sin embargo, tú eres tú, quienquiera hable de ti, ya en contra o a favor. Sigue tu senda, amigo, a tu manera. ladren perros o cante el ruiseñor.

2450
Ay, de nosotros, necios caminantes, con el cadáver del ayer cargados, sin osar enterrarlo; comediantes armando su tramoya en despoblados, prometiéndose aplausos; ignorantes presumiendo de sabios respetados. Tal vez lográramos llegar muy lejos sin contemplarnos tanto en los espejos.

Sonetos

2590 - Sosiego
A tu sombra dormido. Los rumores sesteando en los brazos de las ramas. El aire estático, la tarde en llamas, y en trémula quietud los ruiseñores. Si al arrebato se abren tus amores, también en placidez me los derramas; gentil zureas e insaciable bramas, paloma y toro, arpas y tambores. Hoy cede la embestida, y el sosiego toma el control; no se ha apagado el fuego, se recogen las llamas en la brasa. Volverá su momento. Esta es la hora de la galantería ensoñadora en que un alma hacia la otra se transvasa.
Los Angeles, 14 de marzo de 2011
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2591 - Transitoriedad
Se piensa en grande, y se amará en pequeño, tren de juguete, pálida muñeca, en pretensión de vida que, aunque hueca, goza de cierto encanto en el empeño, mutuo proyecto de informal diseño consumado entre dos. No se hipoteca libertad ni futuro, y en la rueca del día a día hilamos cada sueño. Quien persigue hipotético El Dorado rastreará cien vidas, y al costado le clavará su daga la ruptura. Todo es fugaz; la eternidad se vierte sólo del otro lado de la muerte. El amor, transitoria singladura.
Los Angeles, 14 de marzo de 2011
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2592 - Mi bloque
Voy esculpiendo el mármol de los días con lentitud, a golpes de momento. Salta a mi alrededor cada fragmento de conflictividad, de cobardías. Y aparecen los rasgos, las estrías, de esta vida que labro, de este intento de definir quién soy, de este portento de moldear pasión y rebeldías. Me voy haciendo poco a poco; araño mi bloque mes a mes, año por año, perfilando mi ser de hombre completo. Soy quien soy por mis manos, por mi mente, ni obra de otros, ni anónimo accidente, y demando por tanto mi respeto.
Los Angeles, 15 de marzo de 2011
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2593 - Rostros del recuerdo
Voy perdiendo los nombres y las fechas, pero los rostros permanecen vivos; los contemplo, me observan, aún cautivos de memorias que van quedando estrechas. Maduraron en fértiles cosechas, colmando mis graneros, y hoy, furtivos, desde su sombra atisban mis cultivos, poblando mis parcelas de sospechas. Forman un club privado, y el recelo corre a su propio afecto paralelo, reclamando cada uno preferencia. Pero todos me escuchan y me acatan. Si llega un nuevo miembro, se aclimatan, viven en paz, y aprenden coexistencia.
Los Angeles, 16 de marzo de 2011
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2594 - Deletreo
En momentos oscuros, deletreo lugares, horas, en que fuiste mía; si, adherido a tu espalda, amanecía, si besabas en luz o en borboteo; si temblaban tus muslos titubeo, o era el hervor febril de la osadía; si el crujido mental que percibía era la apoteosis del deseo. Guardo un íntimo archivo de los gozos modelados por ti, de los sollozos que tu abrupta partida suscitara. Habrá dolor, mas no resentimiento. Lleva mi nave amante un cargamento que por ningún tesoro canjeara.
Los Angeles, 16 de marzo de 2011
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2595 - Visiones de ayer
Lúgubres se me encienden las visiones del derrotado ayer, y las apago. Aún con rostro de arcángeles, no indago ni su abolengo ni sus intenciones. Vuelva la primavera a los balcones, redímase el almendro del estrago de la estación glacial; yo me deshago de cuanto ya murió, sin aflicciones. Siga el reloj su marcha; el calendario no dilapide el tiempo en inventario de hojas caídas, ni lo intente el sauce. Se vive en el presente, ya maduro, con la vista, muy corta, en el futuro; las aguas muertas séquense en el cauce.
Los Angeles, 16 de marzo de 2011
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2596 - Sigo asomado
Sigo asomado al borde de tu vida, alberca que me impele y me refleja. Me atrapa el vértigo, que no me deja romper el cerco ni emprender la huída. El cielo, al fondo del cristal, convida al vuelo hacia el abismo. Qué perpleja mi mente está, que de saltar me aleja, y al punto me persuade a la caída. Abstrusa indecisión, quiero y no quiero. Estuve en ti, mensaje y mensajero, cautivo de tu propia identidad. Rota la trabazón, sigo asomado al Edén que me fuera arrebatado, sin saber gobernar mi soledad.
Los Angeles, 17 de marzo de 2011
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2597 - Oh, mi ciudad
He olvidado estrategias y procesos, ni sé hostigar ni capturar la plaza. Si en asalto frontal, se me rechaza, y en subrepticio, no hallo los accesos. Armado llego de intención y besos, de palabra sutil, fervor que abraza. Mas las armas desnudas de amenaza sirven menos que símbolos impresos. Oh ciudad de mi amor, de mis afanes, de altas murallas, aunque sin guardianes, sin jefatura, alzada en el otero Mágica en tu esplendor, tan solitaria… Si me abrieras las puertas, qué incendiaria mi presencia a tu lado, en tu sendero.
Los Angeles, 17 de marzo de 2011
Diseño: Carmen Álvarez
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