Breverías
2456
Al descubrirte en senda equivocada,
te detienes de súbito, y regresas.
¿Por qué no retrocede tu pisada
cuando detectas que en error te expresas?
2457
En suavidad, en mansedumbre, hermano,
como la gota de agua, persistente,
con sutil precisión de cirujano,
hable tu voz, serena y elocuente.
El grito es el martillo que la mano
blande sin convencer, no es de la mente.
Fluya clara, apacible, cada idea,
que la razón ni clava ni golpea.
2458
Hay tantas cosas que no tengo…¿y qué?
Tengo la mano, tengo el pensamiento,
tengo sendas que se abren a mi pie,
el fuego engendrador del sentimiento,
la voz que te habla, el ojo que te ve,
y percibo rumores en el viento.
Todo un mundo al alcance en torno mío;
y sobre todo tú, por quien sonrío.
2459
En cada fondo humano existen ruinas
de épocas varias, muchas superpuestas,
pruebas unas de andanzas clandestinas,
otras de peripecias manifiestas.
La mente, en su tesón de arqueología,
desciende, investigando tal pasado.
Y añora alguna antigua compañía,
pero no reconstruye lo arrasado.
2460
Son mis versos ideas que formulo en voz alta
por el placer de oírlas, estando en soledad.
Converso con el alma, nada más me hace falta.
Si me lees, me escuchas. Mi voz es mi verdad.
Sonetos
2606 - Mis palabras
Se cansan mis palabras. Las manejo
como cualquier entrenador lo haría,
con recia exactitud, con la armonía
requerida en la marcha del cortejo.
Y resisten mis normas. No me quejo
de su individualismo o su energía.
Siempre hay un embrión de rebeldía
en todo ser, ya simple, ya complejo.
Mas su misión es de marcial soldado
marcando el paso, sin mirar de lado,
parte de un todo, estricta disciplina.
Y me faltan a veces al respeto,
rechazando ser parte del soneto,
guerrero que deserta o se amotina.
Los Angeles, 1 de abril de 2011
2607 - En ciclos
Me inunda de su acción la primavera
como de su quietud lo hace el invierno.
Si éste se anuncia como rasgo interno,
aquélla de mi entorno se apodera.
Ciclo de intensidad; vivo hacia fuera
todo el trajín de mi universo externo,
o en mi apacible intimidad, gobierno
la paz que se me da por compañera.
Tal vez no sé intuir la preferencia;
vivo ambos con la misma complacencia
de quien acepta, por lo que es, la vida.
Te quiero activa, en tu exterior mundano,
si dada entera a mi fervor pagano,
también en calma junto a mí tendida.
Los Angeles, 1 de abril de 2011
2608 - Al abordaje
Transcurres por mi vida, turbulenta,
proyecto de irrupción, de fogonazo,
y en caricia de lúbrico zarpazo
me desgarras la piel; vienes hambrienta.
Tal vez eres virtual, y el alma inventa,
entre brumas de sueños, un regazo
de amante desenvuelta, cuyo abrazo
estrecha en plenitud, y a llama lenta.
Me vierto sobre ti, copa de vino,
y cuanto más te embriago más me obstino,
y cuanto más persistes, más me anudo.
Oh, mujer, explosión o torrentera,
sigue avanzando sobre mí; te espera
este hombre todo amor, todo desnudo.
Los Angeles, 4 de abril de 2011
2609 - Dama de salón
Eres mujer de umbral y de pasillo,
si no rosa que nace y languidece,
sí espectro, que se ve y desaparece,
bella, en verdad, mas sin apenas brillo.
Belleza huída lo es de baratillo,
pierde la luz, sin ella se empobrece;
voz que resuena y súbita enmudece,
tenor que sólo canta un estribillo.
Prefiero dama de salón, que llega,
toma su tiempo y pródiga despliega
su destreza, su ingenio, su talento.
Transmite, irradia, sin sonar vacía.
Es cadena de pura artesanía
enlazando la piel y el pensamiento.
Los Angeles, 4 de abril de 2011
2610 - Reajuste
Todos tenemos sombras, desperfectos,
no de manufactura ni de herencia,
sino de adquisición. Cada carencia
lastra nuestra actitud, nuestros proyectos.
No lograrán nacer seres perfectos
con justa pretensión de intransigencia.
En nuestra inevitable deficiencia
hemos de convivir con los defectos.
¿Por qué aspirar a eternidad de amores,
a apolínea belleza, o a valores
que son, en nuestro mundo, inasequibles?
Fijemos nuestro blanco en menor grado,
el momento feliz, el plan logrado,
la acción fugaz, las cosas disponibles.
Los Angeles, 4 de abril de 2011
2611 - Visionario
Alma tengo de temple solitario,
vagabundo de bosques sin senderos,
de riberas desiertas, de veleros
sin ruta fija; libre, visionario.
Esquivo el invariable itinerario
del gentío, y su turbio atascadero;
sólo me llevo a mí por compañero,
sin rastreo de huellas, sin horario.
Bebo del manantial, y a veces vino
del retirado albergue pueblerino,
cordial acogedor del caminante.
Y prosigo la marcha, con la vista
centrada en el paisaje, y optimista.
Tal vez un día me hallará una amante.
Los Angeles, 5 de abril de 2011
2612 - Alta ilusión
Sólo un puñado mágico de ideas.
¿Para qué quiero más? Encendería
con ellas medio mundo, y dejaría
uncido el otro medio a sus tareas.
El vaivén blanquiazul de las mareas,
al conectar desorden y armonía,
a cada cual su opción otorgaría
de madurar sus propias odiseas.
Sin fronteras, ni leyes, ni contratos,
o en control, privaciones y maltratos,
es clara, y también libre, la elección.
Libre cada uno de iniciar el giro
y hallar su Shangri-La. Yo sólo aspiro
a soñar, retirado en mi rincón.
Los Angeles, 5 de abril de 2011