Breverías
2721
Nunca amamos del modo en que el objeto
de nuestro amor anhela,
pues cada cual trabaja su parcela
sólo a su propia aspiración sujeto.
Tal vez nunca me amó de la manera
que aspiré a ser amado;
tal vez nunca mi amor fuera adornado
de la gala y primor que ella quisiera.
2722
Hay gente que lo sabe, que murmura,
mirando de soslayo a nuestro paso,
en los ojos repudio y vituperio.
Mas nuestra piel es sólida armadura
frente a tal actitud; sin hacer caso,
acunamos tan férvido adulterio.
Llamen otros engaño a estos amores;
embeleco es el suyo, y compraventa:
‘Te doy porque me das’, miel por favores,
y cuerpo y alma impúdica herramienta.
2723
Se me desmoronó la confianza,
al apagar mi luz la desventura,
y ayuda supliqué de puerta en puerta.
Mas no eran noches ya de vino y danza.
Era mi calle silenciosa, oscura,
y cada casa, al parecer, desierta.
2724
A punto de partir. Las estaciones
saben tanto de lágrimas y olvido…
Dime que volverás en explosiones
de afecto, de alegría, de libido,
volviendo a saturar cuantos rincones
se me quedan vacíos y en gemido.
Si pensara que acaso no volvieras,
no te permitiría que partieras.
2725
No pretendo juzgarte. Cada juicio
supone autoridad, desconfianza,
que forja en los amantes disensión.
En la diafanidad no hay ejercicio
de augurio o deducción. Y es mi esperanza
ver de cristal tu mente y corazón.
Sonetos
3002 - Mi derrotero
Anduve, navegué, galopé el viento,
tenaz exploración, nunca completa,
peregrinaje amargo, cuya meta
se mantuvo en perpetuo movimiento.
Me hechizaba, ya en calma o turbulento,
el horizonte al fin de la meseta
que invadiera en mis sueños el poeta,
fallando el hombre cuerdo en el intento.
Aventura imposible del cruzado
frente a aspas de molino, golpeado
por escuchar la voz del heroísmo.
Mas descubrí que la que yo seguía
era una ruta que de mí fluía,
y a la vez conducía hacia mí mismo.
Los Angeles, 5 de junio de 2012
3003 - Me acompaña tu sombra
No duermo bien, mi sueño es azogado,
enjambre de inquietudes sobre un lecho
que deplora tu ausencia. Estoy deshecho
por la herida rasgada en mi costado.
Me acompaña tu sombra. Se ha acostado
junto a mí cada noche. Si la estrecho,
como contigo hacía, contra el pecho,
queda su esbozo de aire evaporado.
En tu éxodo de amor, rehusó seguirte;
fue esa mitad de ti que, al evadirte,
subordinó el sentido al sentimiento.
Sé hablar con ella, diálogo de almohada,
y su palabra blanda, sosegada,
consigue temperar mi desaliento.
Los Angeles, 6 de junio de 2012
3004 - Máquina de pensar
Máquina de pensar, invento vidas,
les doy formas helénicas, sedosas,
y opciones más de amantes que de esposas,
inyectándoles ansias encendidas.
No les doy perfección, entretejidas,
en su interior, de pétalos de rosas
y afiladas espinas, primorosas
e infaustas a la vez, gozos y heridas.
Ejerzo el juego del amor con ellas,
y entre ofrendas, entregas y querellas,
voy descubriendo sangre y arrebato.
Y entre risas y lágrimas, olvido
que soy yo mismo quien las ha parido,
yo, el creador de este íntimo aparato.
Los Angeles, 6 de junio de 2012
3005 - Paréntesis
Sucesión de paréntesis cerrados
es nuestra errática biografía,
aunque nos empeñemos día a día
en no aceptar algunos clausurados.
Exiguos los poderes otorgados
a nuestro plan de acción. La travesía
del vivir, aunque nuestra en teoría,
depende, en parte, de otros invitados.
Si ellos nos cierran lo que estaba abierto,
cerrado quedará. Si huele a muerto,
sólo cabe enterrar y renovarse.
¿Se te cierra un paréntesis? No llores,
ni dilapides tiempo ni sudores.
Toda llama algún día ha de apagarse.
Los Angeles, 6 de junio de 2012
3006 - Calendarios
Guardo los calendarios de cada año
de nuestro ciclo eufórico de amantes,
y reconozco en cada cuadro instantes
de alfombra, alcoba, galería o baño.
Visitando los números, extraño
sus reediciones, fieles, trepidantes,
y mis dedos, por ellos caminantes,
redescubren los júbilos de antaño.
Aunque hayas muerto a vínculo y caricia,
no me logras privar de la delicia
de cuanto mantuvimos y atesoro.
Hay amores de hierro, de hojalata,
también de mármol, de cristal, de plata,
pero muy pocos, como el nuestro, de oro.
Los Angeles, 6 de junio de 2012
3007 - Beso de cristal
Recuerdo un beso de cristal. Me vino
como alondra en verano, tan seguro,
tan absorbente, y a la vez tan puro,
que se hizo hostal después de ser camino.
Tras él vibraba el ímpetu felino
y el candor que eras tú, que aún hoy conjuro
a alzarse de las sombras, y procuro
reincorporar, de ayer, a mi destino.
Hay besos que nos marcan, que se adhieren,
tatuaje en nuestra piel, y nos confieren
inevitables ansias de volver.
Mas los besos, y amantes que nos besan,
tuvieron su momento, y no regresan.
Ah, la fatal tristeza de perder.
Los Angeles, 6 de junio de 2012
3008 - Bandera
Elegiré mi liza, mi carrera,
y, de ser peregrino, mi sendero;
mis combates serán los que yo quiero,
y ha de ser su estrategia a mi manera.
Mas izaré tan sólo una bandera,
de cuanto pienso y siento y lo que espero.
No es decisión de espíritu altanero,
sino hija de mi fe, de mi quimera.
Repleto el mundo está de mercenarios
ejecutando ajenos idearios,
de traficantes de injusticia y muerte.
Sólo una luz tendré, la de mi estrella.
Sólo una voluntad, que marque huella.
Sólo un credo, que el oro no pervierte.
Los Angeles, 7 de junio de 2012
3009 - Fantasías
Hombres hay que merecen ser borrados,
si no de su heredad, de nuestra agenda.
Más allá están de dignidad o enmienda,
siendo meros objetos fracasados.
¿Qué advertimos en ellos? ¿Por qué lados
de su temple los vimos? Su trastienda
siempre estuvo vacía, mas la venda
sobre los ojos nos dejó burlados.
Mantenemos exceso de colores
en el taller mental, y narradores
novelando la historia que enfrentamos.
Ni a las personas ni a las cosas vemos
como son, simplemente las hacemos
de acuerdo a la ilusión que nos forjamos.
Los Angeles, 7 de junio de 2012