Breverías
2726
Tanto más eminente es la victoria
cuanto más trabajado es el combate.
¿Por qué, entonces, prefiero yo la gloria
de invadirte sin lucha dilatoria,
hoy mismo, aquí, en certero jaque mate?
2727
En la insistente, cíclica, refriega,
de subyugar tu enclave acorazado,
me incita la razón al abandono.
Mas del fondo del alma una voz llega,
susurrando al oído su recado,
y oigo cantos de estímulo en su tono.
2728
Tantas veces he estado enamorado
que ya olvidé el extraño territorio
en que a la indiferencia me ceñí.
No sabría contarlas: Desolado,
triunfal, vencido, extático, ilusorio…
Y todas esas veces fue de ti.
2729
Ríe conmigo en placidez y euforia,
y acompañen tus lágrimas mi pena,
que no hay amor sin la común historia
que a almas heterogéneas encadena.
Risa, llanto, y la voz de la memoria
que al unísono en dos vibra y resuena,
aciertan a dejar entretejidas
las hondas armaduras de dos vidas.
2730
No me sirve la sangre o los latidos
con que el tambor del corazón me grita;
ni el criterio impasible de la mente.
Voy más allá de todos los sentidos,
de la fría razón que no palpita,
de lo sensato, de lo incongruente.
En ese punto escucho la sedosa
voz interior, tan fiel, tan elocuente,
y deviene mi vida luminosa.
Sonetos
3010 - Contemplación (I)
No te me acerques tanto. Quiero verte
lentamente, en detalle y perspectiva;
a medio alcance, donde el tacto aún viva,
mas sin que la libido se despierte.
Muy cercano el paisaje se convierte
en memoria de datos, narrativa
de lo que ayer se contempló, y me priva
del gozo del conjunto al ofrecerte.
El beso nos anula el panorama.
En desnudez, y junto a mí, en la cama,
mi afán es observarte sin deseo,
por tiempo, si no extenso, tembloroso.
Más tarde, el reventón voluptuoso
alcanzará su auténtico apogeo.
Los Angeles, 7 de junio de 2012
3011 - Contemplación (II)
Se acentúa el impulso del instinto
cuanto más se retarda su exigencia,
por eso me contengo. La impaciencia,
dulce bestia en arcano laberinto.
Su afán de huir, volar de tal recinto,
incrementa el ardor, la persistencia
en alcanzar su fin, y a más urgencia,
mayor su frenesí y más variopinto.
Al contemplarte en el confín del roce,
sin ejercerlo, mi alma reconoce
nuevos niveles de voracidad.
Por eso no te toco, ni te beso,
sólo te observo, mágico proceso
que acentúa mi erótica ansiedad.
Los Angeles, 7 de junio de 2012
3012 - Contemplación (III)
También tú me contemplas, insistente,
mas en quietud a borde de estallido;
hay gritos en tus ojos, y hay bramido
de toro bravo en mi metal candente.
Toca a su fin la observación presente,
recabada la cresta del sentido;
se nos queda el paisaje adormecido,
y la fusión se opera de repente.
Ya somos uno, y como tal no veo
tu propia imagen, porque la flanqueo,
y envuelta queda de mi propio yo.
Estás en mí, y en ti me profundizo.
ya no eres el paisaje movedizo,
sino el misterio que me aprisionó.
Los Angeles, 7 de junio de 2012
3013 - Complicidad
Manos tienes de astuta exploradora,
versada en los más íntimos senderos,
que alborotan colmenas y hormigueros,
miel y temblor, sobre la piel que implora.
No ahondaré en tu aptitud, reveladora
de vidas previas, triunfos pasajeros;
aceptaré tus tactos forasteros,
aunque se ausenten al romper la aurora.
Contigo se acentúa la advertencia
de mi simplicidad, o inexperiencia,
casi infantil frente a tu habilidad.
Qué perverso placer en que me afano,
siendo llevado de tu propia mano
por la senda de la complicidad.
Los Angeles, 10 de junio de 2012
3014 - Mi propia identidad
Los últimos diez trenes han pasado,
arrastrando el fragor sobre la vía.
La estación es silencio, tan vacía.
Sólo yo en el andén, desconcertado.
Rueda el reloj su rítmico, callado,
monótono quehacer de cada día.
Como yo, sin saber qué artesanía
nos puso en marcha y nos dejó de lado.
Cada tren se acercaba esplendoroso
de sueños y promesas, mas dudoso
en su descarga o meta de verdad.
Y los dejé pasar. Ya tengo sueños,
si modestos, de acuerdo a mis diseños,
conformes con mi propia identidad.
Los Angeles, 11 de junio de 2012
3015 - Taras (I)
“Cachorrito de raza Golden Retriever, ahora de cuatro meses.
Sucederá a mi fiel amigo Bek como compañero de
mis caminatas nocturnas”.
Jovencito que sigues la pisada
del viejo Bek; si es ardua la tarea,
sé que la cumplirás, pues te espolea
idéntica actitud de camarada.
La inquisitiva, pertinaz mirada
de tus ojos oscuros clamorea
por plena libertad, y me espolea
a dar tu formación por terminada.
Mas refreno el impulso; eres chiquito,
y aún ignoras el código prescrito
para tu graduación de compañero.
Aprenderás cada recurso y norma,
y entonces te hallarás en plena forma,
siendo de Bek legítimo heredero.
Los Angeles, 11 de junio de 2012
3016 - Taras (II)
Tengo, a mis años, nuevo niño en casa,
trastornando mis días su alboroto.
Entre jugar y amaestrar, me agoto,
mas sonrío si a veces se propasa.
Me habla de modo que jamás fracasa
en hacerse entender; ya terremoto,
ya calma beatitud, me miro y floto
en su oscuro mirar de pura brasa.
Hecho para el cariño, de repente,
lame y muerde, gentil, pero insistente,
esperando recíproca atención.
Dulce cachorro, espíritu travieso,
llevas en tu interior el mapa impreso
de la ruta directa al corazón.
Los Angeles, 12 de junio de 2012
3017 - ¿Dónde la diferencia?
Me has inventado a veces, no me has visto;
quizás he aparecido en el espejo
en que tu vanidad traza el bosquejo
de lo que anhelas ver, no en qué consisto.
Te converso, te beso, me desvisto
frente a tu lecho. Entonces me asemejo
sólo al hombre que soy. No me acomplejo
de mis insuficiencias. Soy, existo,
sin cubrirme de falsas pretensiones,
siendo fiel a mis propias convicciones,
gusten o no, y también a mi apariencia.
Me has visto al natural desde que un día
me crucé en tu camino, y todavía
soy quien fui. ¿Dónde, pues, la diferencia?
Los Angeles, 12 de junio de 2012