Breverías
2821
A silencio y vergüenza me acomodo,
prolongando esta sádica violencia
que desmorona mi estructura humana.
Día a día lo voy perdiendo todo,
y es la inseguridad que me sentencia
a que por mí repique la campana.
Si de este laberinto huir pudiera…
Si mi grito, una vez, no enmudeciera…
2822
No sé cómo te llamas, pero un nombre,
si te da a conocer, no te describe,
y un verbo sólo indica ocupación.
Te contemplé al pasar, y como el hombre
que soy, que al admirarte no se inhibe,
te di mi más audaz interjección.
2823
No hay juventud, vejez o edad madura
para quien amanece cada día
consciente de lo que es y lo que anhela.
Sabiendo que la vida se apresura,
renacerá con mágica energía
cada instante fugaz que emerge y vuela.
2824
No vendrá a impulso de alas,
ni en el regazo eufórico del viento,
ni a intrépido redoble de tambores.
En desnudez vendrá, sin otras galas,
y si no estás atento,
desaparecerá entre bastidores.
Que la felicidad es caprichosa,
y otorga sus favores
a quien quiere, y de forma sigilosa.
2825
La juventud que ves no es envidiable,
quizá ves su disfraz declamatorio,
es más, te desconoces a ti mismo.
Hay otra juventud más formidable,
que llega con la edad, su territorio
más íntimo y de menos egoísmo.
En esta fase de la vida estoy,
sabiendo cómo fue y por dónde voy.
Sonetos
3074 - Miedo
¿Quién agita la tralla de tu miedo?
¿El fantasma ancestral que viene a verte
las noches de tormenta, sin que acierte
tu zozobra a tocarlo con el dedo?
¿O el alma atormentada en el enredo
de ultratumba, que intenta precaverte?
¿O puede ser, tal vez, la propia muerte,
jugando al toro que eres en su ruedo?
Que nada te amedrente; el miedo insiste
en hacer realidad lo que no existe,
aun la muerte, que no es sino distancia.
Ha de llegar un día, ciertamente,
mas no es sino una sombra en nuestra mente,
y como tal no tiene relevancia.
Los Angeles, 2 de noviembre de 2012
3075 - Libertad de expresión
“No he de callar por más que, con el dedo,
ya tocando los labios, ya la frente,
silencio mandes o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente? (Francisco de Quevedo)
Libre soy de pensar, nadie limita
o establece fronteras a mi mente.
Mas esta libertad no es coherente
al nacer la palabra oral o escrita.
Recorta mi opinión, la debilita,
quien alega excepciones, obediente
al temor de una plebe intransigente,
a sus propios remilgos circunscrita.
Es virginal y etérea cada idea;
si al surgir se disfraza, bastardea
su linaje, candor, fidelidad.
¿Por qué hemos de cribar el pensamiento
para aquietar al necio, en detrimento
de nuestra confesión de la verdad?
Los Angeles, 3 de noviembre de 2012
3076 - Amistad
Si sabes escuchar, serás mi amigo,
y yo también he de escucharte atento,
mas a palabras de aridez o viento
ni espero tu atención ni a ellas me obligo.
De perspicaz diálogo mendigo,
salgo a tu paso. Sea ofrecimiento,
por ambas partes, sin enfrentamiento,
tu espíritu enlazándose conmigo.
Te he de abrir el baúl de mis secretos,
de mis intimidades, y los retos
que me impone la agenda de la vida.
Y esa misma conducta de ti espero.
Cada cual en el otro, viajero
por cada sombra y luz, afán y herida.
Los Angeles, 4 de noviembre de 2012
3077 - Generosidad
El obsequio que otorgas a tu hermano
va mucho más allá de la cuantía.
Se mide su valor por la alegría
proporcionada a ese otro ser humano.
Más te engrandeces cuanto más enano
te juzgue la pragmática jauría
que oculta el oro en lúgubre alcancía,
y al número declara soberano.
Dé el corazón, más bien que la cartera,
que es mejor el regalo de madera,
si agrada al receptor, que el dispendioso.
Y da aquéllos que tienen poco o nada,
porque iluminarás en su mirada
su reconocimiento silencioso.
Los Angeles, 5 de noviembre de 2012
3078 - Cotilleo
Son las seis de la tarde. Tu jornada,
casi como tu vida, irrelevante.
Ni deberes domésticos ni amante
torpedean la frívola escapada.
Las amigas esperan tu llegada
en la tertulia del Café. Radiante,
realizas la entrada, y al instante
cada voz es noticia y dentellada.
Se visten de inequívoca certeza
los más vagos rumores, y se empieza
la lenta destrucción de honras y famas.
Todo como verdad clara y desnuda.
La reunión se dispersa, y nadie duda,
pues han hablado respetables damas.
Los Angeles, 5 de noviembre de 2012
3079 - Aflicción
La aflicción es inútil agonía
que ni resuelve males del presente,
ni suaviza el dolor que un incidente
del ayer nos provoca todavía.
Nos desata la vida su jauría
de vandálicos perros: Accidente,
muerte, oprobio, ruptura, y tal torrente
de infortunios nos hunde o desafía.
Se padece, solloza y desespera,
y en nuestro entorno se alza una barrera
con poca o nula opción de rebasar.
Mas en contexto idéntico nos vimos
tiempo atrás, y no obstante, subsistimos;
por tanto, ¿qué nos puede doblegar?
Los Angeles, 6 de noviembre de 2012
3080 - Culpabilidad
La culpabilidad es navajazo
rasgándote la piel de la conciencia
sólo si has procedido en la creencia
de la maldad de tu palabra o brazo.
Ya sea insulto, hostilidad, portazo,
vástagos del enojo o la violencia,
exigen implacable resistencia,
y como terapéutica, el abrazo.
Mas, ¿por qué esa polémica implacable
de aclimatar morbosidad culpable
al interior de quien no intenta herir?
Libres somos, sin más limitaciones
que el respeto a los otros. Las acciones
que no hieren son nuestras a elegir.
Los Angeles, 7 de noviembre de 2012
3081 - Felicidad
No es la dicha una meta en la distancia,
que ambicionamos alcanzar un día,
mas la visión que a nuestra fe se alía,
y el paso a paso en cada circunstancia.
Más que obtenerla, se hace en cada instancia,
es la senda y la euforia que nos guía;
la vamos construyendo, profecía
que se va consumando en trashumancia.
La vista está en el fin, siempre lejano,
mas con nosotros van el pie y la mano,
fraguando la ventura del momento.
No hay más felicidad que ésta de ahora;
la otra es ensoñación ofuscadora,
inasequible luz del firmamento.
Los Angeles, 7 de noviembre de 2012