Breverías
2901
Siempre avizor al paso del destino,
que no llega en relámpagos y truenos,
sino que avanza en levedad de brisa.
Como el amor, es mudo peregrino;
dotado de alas, pero no de frenos,
y hay que atraparlo, porque va deprisa.
2902
Es tan decepcionante el ser humano
en su acaparamiento de riqueza,
su ostentación de avance cotidiano,
de su merecimiento y su belleza…
Yo contemplo a mi perro, y no me afano;
tan feliz en su rústica pobreza;
tiene sólo cariño, y lo da todo,
por eso yo a su estilo me acomodo.
2903
Duda un poco de todo cuanto piensas,
de lo que se te dice, y lo que miras.
La duda es la mejor de las defensas
contra tanta basura que respiras.
Disciernes la verdad de la falacia
situándote entre ambas con la duda;
y sólo así, en neutralidad y audacia,
descubrirás la realidad desnuda.
2904
¿Quién te ha soñado antes que yo, y su llama
te enardece aún la noche y la ilumina?
Yo tengo un sueño azul, que se derrama
sobre tu piel de nardo, y me amotina.
Tal vez lo ignoras, mas te invoca y clama
desde el grito sin voz de mi retina
cada vez que nostálgico te acecho,
en mi alucinación, sobre tu lecho.
2905
Consuma tu deber en el trabajo,
mas no en tus relaciones.
Circundar al amor de obligaciones
revestirlo será de indigno andrajo.
En espontaneidad, no en servidumbre,
radican los enlaces de la entrega;
y sólo quien sin condiciones llega
antepone la ofrenda a la costumbre.
Sonetos
3178 - Voz
Me acaricia tu voz más que tu mano,
profundizando hasta la zona oscura
donde la piel no alcanza, la más pura
fricción que experimenta el ser humano.
Tiene el tacto gentil del hortelano
atendiendo las rosas, la ternura
de la madre hacia el hijo, y la frescura
del virginal impulso, ya cercano.
Mi espíritu responde, silencioso,
aflorando a los ojos, y en el foso
de tu mirada, en vertical, cayendo.
Y allí, mi voz callada te conversa.
Tú, por la voz, en mi interior inmersa;
y sobre ti, yo mismo me trasciendo.
Los Angeles, 6 de marzo de 2013
3179 - Nudo
Entrelázate a mí. Tiéndeme abiertos
los cabos superiores e inferiores
que con los míos gestan esplendores
de temblor, llama y luz, si ambos despiertos.
Y lo estamos. Dormidos somos muertos
resucitando al alba, perdedores
de misterios, estímulos, fervores,
que en la sombra palpitan encubiertos.
Trencémonos en uno; dos son tantos
que sobra la mitad, y los encantos
se multiplican por la división.
Acoplados, ceñidos en tal nudo
formaremos ese único desnudo
que es auténtica compenetración.
Los Angeles, 6 de marzo de 2013
3180 - Umbral
Soledosa y prolija mi jornada,
perenne flujo de cansado río,
falto de hogar que se titule mío,
he iniciado, por fin, la retirada.
Ya no miro hacia atrás; cada pisada
tan leve fue, tan huérfana de brío,
que apenas dejó huella, y hoy me guío,
más que por caminar, por la llegada.
Acabo de acceder a tus umbrales,
y llamo, como el viento, a los cristales,
intentando infiltrarme, si no abrieras.
Pero sé que abrirás; y mi sonrisa
te hará saber que ya no voy con prisa,
y me dirá la tuya que aún me esperas.
Los Angeles, 7 de marzo de 2013
3181 - Escarcha
Va perdiendo la noche la tibieza
de las últimas luces del ocaso,
dirigiendo su avance, paso a paso,
hacia el alba, que ya se despereza.
Fría es la sombra, y el rocío empieza
a cuajar en la arada. Sobrepaso
la frontera del sueño. Qué fracaso
la noche que me niega tu belleza.
Bajo a la calle. El campo se ha vestido
casi de blanco, y cruje, endurecido,
bajo el pie matinal que lo transita.
Levanto las solapas del abrigo.
Sólo la brisa helada va conmigo,
que un abrazo glacial me solicita.
Los Angeles, 7 de marzo de 2013
3182 - Límite
¿Qué confín se mantuvo permanente,
sin ser, por guerra o paz, modificado?
Todo plan, regresivo o avanzado,
se actualiza de acuerdo al contendiente.
¿A qué zona del cuerpo, o de la mente,
quedaría tu límite fijado?
Y cuando yo lo hubiera traspasado,
¿serías contumaz o transigente?
Límite es un fenómeno ficticio
que varía de acuerdo al ejercicio
puesto en marcha, y según su iniciador.
Maniobre cada uno su mesnada
de sentidos hambrientos, y allanada
quede cualquier barrera ante el amor.
Los Angeles, 7 de marzo de 2013
3183 - Gestos
He aprendido tu idioma, el del semblante,
la gesticulación que te delata,
la mirada que afrenta, o arrebata,
el rictus despreciable, o tolerante.
Expresivo lenguaje, susurrante
de tu íntima textura, que retrata,
silencioso, mas fiel, la catarata
emocional en tu alma palpitante.
La palabra, inexacta, no refleja
con tanta precisión cuanto festeja
o abomina tu cómplice interior.
Por eso, aunque te escucho, me someto
a ese otro idioma tuyo, y te interpreto
a la luz de su ardid revelador.
Los Angeles, 8 de marzo de 2013
3184 - Yacente
Sutil figura que en la noche acierta,
adosado a su piel leve y mullida,
a acunarme en su sueño, si dormida,
a tejerme los míos, si despierta.
Tibia estatua yacente cuya oferta
sólo es posible en plenitud de vida,
a mi propio regazo recogida,
y a toda opción e intimidad abierta.
No sé si yo en tus formas he insuflado
la ansiedad de vivir, pero has logrado
los mismos atributos que poseo.
Tu horizontalidad no yace, vibra,
y a la mía a su vez desequilibra
desatando las fuerzas del deseo.
Los Angeles, 8 de marzo de 2013
3185 - Vocación
Pasas de largo, y algo de ti queda,
tal vez aroma, vibración o viento,
con tal efecto sobre mí, que siento
como una voz entre de trueno y seda.
Voz que me impulsa a ti por la vereda
en que logré observar tu movimiento.
Puede ser marginal el llamamiento
que la misión más alta nos conceda.
No sé decir si vino a mí en rumores
de hayedos o en redoble de tambores,
mas fue inequívoca su invitación.
El camino a seguir, el fin distante,
y la mirada fija, hacia delante;
tú y hacia ti será mi vocación.
Los Angeles, 8 de marzo de 2013