Breverías
2981
Soñador a la luz de las estrellas
rutilantes al fondo de mí mismo,
cuando me niego a sucumbir dormido.
Y soñador marcando nuevas huellas
por sendas de esperanza, de optimismo,
que tal vez sigan quienes me han leído.
2982
Te sueño a plena luz, y en la penumbra,
y de tantas maneras te poseo
que de entreverlas te me entregarías.
Mas no las ves, soy yo quien las vislumbra;
y a mi modo te exploro, te moldeo,
objeto de mis íntimas orgías.
2983
Cuanto observo, percibo, escucho, aspiro,
seduce mis sentidos, mas no altera
mi visión arraigada de la vida.
Filtro las sensaciones, y retiro
residuos que la mente considera
monótonos o indignos de acogida.
La realidad no es tal como la vemos,
mas como la entendemos.
2984
Sueñan los pueblos lo que no han tenido,
apodándolo mitos o leyendas.
Y sueño yo el amor que no he vivido,
o la resurrección del que he perdido,
y a esos dioses levanto mis ofrendas.
2985
Sueño que has de venir desde la altura,
cabalgando una nube, y transponiendo,
tal que rayo de luna, mi ventana.
Se tenderá a mi lado tu figura,
en silencio los dos, y pretendiendo
que tu soñar a mi soñar se hilvana.
Sonetos
3306 - Nunca
Nunca es cruel, carnívora muralla,
que detiene y devora al viajero,
haciendo, al mismo tiempo, prisionero
a quien tan fiero látigo restalla.
Tan contumaz palabra no detalla
límites ni matices; su severo,
contundente vigor es de lancero
empalando un espíritu sin malla.
Por no haber esperanza, no hay defensa.
Es la definitiva, última ofensa
sobre quien vive en términos de amor.
Lleva el resabio amargo de la muerte,
finales ambas, sin que el alma acierte
a distinguir su típico sabor.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
3307 - Numen
“Numen inest”. (Ovidio)
(‘Hay un espíritu aquí’)
Percibo su aleteo en torno mío,
tenue murmullo, ráfaga de brisa,
íntima voz, si férvida, imprecisa,
por la que entre mis páginas me guío.
Escucho, y elaboro el atavío
de cada idea. Nada se improvisa.
Su turno espera en sumisión, sin prisa,
cada palabra que al papel envío.
Les doy vida, rumor, significado,
de acuerdo a su postura en el bordado
del verso que a la lírica incorporo.
Sin olvidar que cuanto escribo y creo
lo percibe mi oído en bisbiseo
de un dios lejano de vocablos de oro.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
3308 - Nube
En tus sedosas curvas me reclino,
desnudo, acariciado entre algodones;
de techo, el cielo azul, y en tus balcones,
la vista de una tierra en torbellino.
La he dejado por ti; sólo aquí atino
a hallar paz, y borrar las confusiones
de las hienas que, en pieles de leones,
pretenden gobernar nuestro destino.
Tan lenta, lentamente navegamos,
indiferentes hacia adónde vamos,
o de dónde venimos, mi nirvana.
Cierro los ojos. Siento el balanceo
de esta cuna sutil, y es mi deseo
dormir, dormir, sin prisa, sin mañana.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
3309 - Nostalgia
El aroma, la música y el tacto
tienen un no sé qué que me depierta
espejos del pasado, a cuya puerta
tanta vida se agolpa. Nada exacto,
sino imágenes vagas cuyo impacto
sólo el recuerdo a concretar acierta.
Me llaman por mi nombre, en la desierta
soledad de mi espíritu: Contacto.
Es como recobrar hijos perdidos
que arrebatara el mar, cuyos bramidos
expresan desacuerdo a tal retorno.
Qué familiar, enfática acogida
a estos seres rondándome la vida,
vida que viene a repoblar mi entorno.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
3310 - Nocturno
Nos envuelve la noche en blando abrazo;
dulce es la soledad que nos rodea.
El fuego sobre el leño serpentea,
cada llama ensayando un nuevo lazo.
En el salón, Chopín. Y en tu regazo
reclinada mi nuca, merodea
sobre mi piel tu mano, en la tarea
de acompañar el ritmo. Me solazo.
Mi placer es por ti, por el ambiente,
por el nocturno que nos tiende un puente
musical entre dos intimidades.
Las notas del piano, a medio tono,
me describen el plácido abandono
en que flotan dos plácidas mitades.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
3311 - Náyade
He surcado las aguas de tu río
en absoluta desnudez, sin verte.
¿Dónde y por qué decides esconderte,
mi ninfa de las aguas? Desconfío
del silencio y la calma en el bravío
paisaje de tus glorias. Huele a muerte
o a exilio en las orillas, y revierte
de nuevo a mí la imagen de tu brío.
Tantos siglos perdidos… Olvidadas
tú y tus hermanas, y las algaradas
festivas en galante desnudez.
Te sueño entre los olmos, sugerente,
o remontando juntos la corriente…,
en tu mundo de tersa exquisitez.
Los Angeles, 8 de julio de 2013
3312 - Navegar
No hay océano en ti, mas te navego.
De azul es mi bajel, de luz, de aurora,
y a ritmo de crepúsculos te explora,
portales de la noche en donde juego.
De sextante y de brújula reniego,
reconozco tus costas. Me devora
el afán de incursión; si la demora
se fuerza sobre mí, no me repliego.
Ni estratégicos faros necesito;
llevo en mí tu contorno circunscrito
a los etéreos mapas del cerebro.
Ni la estrella polar me indica el rumbo.
De noche, simplemente me derrumbo
sobre tu geografía, y la celebro.
Los Angeles, 8 de julio de 2013
3313 - Nupcial
Wagner, tal vez, o Mendelssohn. La orquesta
quebrará las compuertas del sonido,
sumergiendo en acordes cada oído
que no oye más que la palabra fiesta.
La novia va de blanco, peripuesta,
y a punto de perder el apellido;
cobra legalidad lo que prohibido
quedaba ayer. La castidad protesta
de no ser requerida; tan lejana
la fecha en que, perdida una mañana,
vagaba melancólica de ritos.
Y el novio se pregunta: ¿Estoy dispuesto
a firmar tan incierto manifiesto
que en cierto tiempo desemboque en gritos?
Los Angeles, 8 de julio de 2013