Breverías
3036
Era la luz del sol la que brillaba
sobre su piel, tornándola tan bella.
Pero en la oscuridad decepcionaba,
sin luz íntima, propia, y se apagaba,
sin calidad de estrella.
3037
No importa en el amor cuanto nos llega,
como lo que aportamos;
es nuestra propia entrega
que lo hace ingente, y cuando se repliega
nos quedará la imagen que tallamos.
3038
Caminarás. Percibirás radiante
la belleza sutil que te circunda,
la que tan pocos ven.
Tal vez no lleves junto a ti una amante
paralela de tu alma vagabunda;
mas todo te irá bien.
No va solo quien férvido avizora
su propio edén, la mágica hermosura
que le brinda el entorno a quien lo explora
con mente de oro, con mirada pura.
3039
¿Por qué la vi tan bella, si no lo era?
¿Por qué la juzgué lúcida, sin serlo?
La fundí en plata, siendo de madera,
y me fui defraudando sin saberlo.
Al fin la realidad, con sus nudillos
de frustración, dolor y desencanto,
llamó a la puerta, me apagó los brillos,
y lentamente se apagó mi llanto.
¿No es el mismo festín a que la vida
a tantos, tantas veces, nos convida?
3040
Somos generadores de belleza,
mas no real, utópica, ficticia,
fraguada sobre el yunque de la mente.
Ésta un día bosteza,
y todo su entramado se desquicia,
naciendo una verdad tan diferente.
Mas aún retiene, al fondo de su armario,
potencial creativo, visionario.
Sonetos
3394 - Golpe
Estamos frente a frente, nos vincula
idéntica avidez de ofrecimiento,
de aceptación también, de alojamiento
que en el mutuo regazo se formula.
Mas blindado cristal desarticula
las tendencias entre ambos, y el intento
de quebrar la barrera; en tal momento
la vida, una vez más, nos manipula.
El cristal me permite contemplarte,
mas me impide el placer de acariciarte,
broma cruel de oferta rescindida.
El placer en la punta de los dedos,
disuelto entre los míseros enredos
que apellidamos golpes de la vida.
Los Angeles, 20 de agosto de 2013
3395 - Guiar
Ciego en la tierra del amor, imploro
asistencia de espíritu cercano
cuyo candor me tome de la mano,
orientándome al pórtico que añoro.
Ni luces ni colores atesoro,
los dedos son mis ojos, y me afano
en cuanto así percibo, ciudadano
de túneles y cúpulas que exploro.
Mas necesito indicios, sugerencias,
qué camino a seguir, qué consecuencias
conlleva cada paso en mi camino.
Ni a esquema aspiro ni a manual que explique;
sólo a una leve actividad que indique
cuándo brisa he de ser, o torbellino.
Los Angeles, 20 de agosto de 2013
3396 - Hastío
Yo también, tiempo atrás, conocí un río
por el que navegué, cuya corriente,
ya en sosiego, o a ritmo de torrente,
me impregnó de quietud o escalofrío.
Por cada escena, al recordar, sonrío,
épocas aún despiertas en la mente;
y al fin el mar, ese algo diferente
que nos da, al absorbernos, el vacío.
Tedio, pasividad, desasimiento,
desintegraron el acoplamiento
que tallaran los sueños a cincel.
De pronto, nada. Diálogo desnudo,
mustia ilusión, y del antiguo nudo,
solamente un pedazo de papel.
Los Angeles, 20 de agosto de 2013
3397 - Hechizo
Subyugado quedé, sin más opciones
que ampararme en las alas del gemido;
las fauces de tu hechizo me han mordido,
me sangra el alma, y vivo en mis rincones.
Te vi pasar, y en turba de emociones
se agitó mi interior; no estoy dormido,
pero sueño contigo, y un rugido
de bestia en celo sobre el sexo pones.
Inasequible tú, mi alternativa
será la magia negra que, agresiva,
te devuelva un ensalmo similar.
Tal vez se haga tu lazo rescindible,
que todo ser humano es corruptible,
y me puedas por fin cicatrizar.
Los Angeles, 20 de agosto de 2013
3398 - Hermandad
Hermano soy de todo, de las cosas,
de la alondra y el mirlo, de la nieve,
de lo inmóvil, de aquello que se mueve,
del olmo en la ribera, de las rosas.
Hablo con ellos, y en sus primorosas
lenguas de aire o de tierra, me conmueve
su dialecto callado, estilo breve,
y espontáneas ideas luminosas.
Decir lo que se piensa, sin bullicio
de imprecisas palabras, qué ejercicio
de claridad mental, de exactitud.
Me han enseñado tanto en mi sendero
de hojarasca trivial, que ya no quiero
perturbar en voz alta su quietud.
Los Angeles, 20 de agosto de 2013
3399 - Hierba
Reverdece el tapiz de la arboleda
en sombra, y soledad acogedora,
y en el roble, la hiedra trepadora
el cerco estrecho de su abrazo enreda.
Ven conmigo. El ramaje se aboveda
sobre la fresca hierba, captadora
de cuerpos juveniles, y elabora
cuentos de hadas que embrolla y desenreda.
Éste es el lecho universal, sedoso,
en que lo bacanal, lo pudoroso,
y puntos intermedios se dan cita.
Tú me hablarás de amor, y yo de oferta,
y tal vez, al final, me abras la puerta
después de deshojar la margarita.
Los Angeles, 20 de agosto de 2013
3400 - Himen
He tropezado en ti, flexible amigo,
por nadie, hasta el momento, visitado;
vulnerable y sutil, no has soportado
mi benigna irrupción por tu postigo.
Vengo en paz, y por tanto no te hostigo,
aunque tal vez te sientas acosado;
soy, en verdad, atípico invitado
frente al telón que a perforar me obligo.
Un ligero empellón, que no atropello,
resolverá el problema, y lo más bello,
que aún no has previsto, se halla por venir.
Mi tren, sin ruedas, sigue a ritmo lento,
resbalando en el túnel. Ya presiento
los prodigios que están por descubrir.
Los Angeles, 21 de agosto de 2013
3401 - Hurgar
Te observo, y cuanto veo me fascina,
mas no sé si es portada, o se asemeja
a los textos que tu éxtasis bosqueja
y el fondo de tu mente raciocina.
Quiero ver más allá. ¿Se compagina
la fachada a esa zona más compleja
de ideas y emociones? ¿Se refleja
tu gracia externa en la otra, más genuina?
Tendrás que abrir tu más íntima zona,
tendré que hurgar el magma que aprisiona
cuanto te hace vibrar como ser vivo.
Revolver el depósito secreto
que te hizo un ser bilateral, completo,
y no será mi amor dubitativo.
Los Angeles, 21 de agosto de 2013