Breverías
3131
Soy el amigo que, al hablarte, toca
las heridas del alma, y las suaviza;
el arroyo vital que desemboca
en tu aridez de sábulo y ceniza;
quien frente a tus dilemas se hace roca,
y de cara al desorden te organiza.
Soy tu báculo y cántaro, en camino
a doquiera te impulse tu destino.
3132
Cuando el fuego interior pierda pujanza,
extinguiéndose al fin, te necesito.
Será invierno en mi entorno, y la esperanza
tendrá el aspecto del clavel marchito.
Al mirar al ayer con añoranza,
quiero sentir el golpe de tu grito,
rugiéndome: Levántate y camina,
y arda el fuego que abrasa e ilumina.
3133
Los caminos me aburren, son trazados,
de inicio a conclusión, hacia una meta
fija y trivial a la que nunca opté.
Mis senderos son nuevos, no pisados
de extraño o vagabundo, y por su quieta,
solitaria belleza va mi pie.
Es la forma de andar solo, conmigo,
ruta y meta en mí mismo, sin testigo.
3134
Me soñaba de lejos; la soñaba
desde mi melancólico aislamiento.
Qué solitarias, lúbricas vertientes
en afán de intercambio; agonizaba
intentando forjar acercamiento
con proyectos de puentes.
Mas eran humo tenue de utopías.
Y pasaban las horas, y los días…
3135
Obrar de acuerdo a lógica, ejerciendo
el poder de la mente, es mi intención.
mas se me rompe el cántaro, y me extiendo
dejándome llevar por la pasión.
Sonetos
3546 - Cautela
– Semejanza de amor se te revela
por el sedoso sueño en que, despierto,
todo un vergel florece en tu desierto.
Procede en ello, amigo, con cautela.
– Es tan bella, me dices. Desnivela
mi equilibrio vital; mi desconcierto
va más allá de si estoy vivo o muerto,
y su intenso recuerdo me flagela.
– Sin locuras, amigo; ve con calma.
Una cosa es la piel, otra es el alma;
ambas se dan, mas no del mismo modo.
– Lógica, precaución, juicio, cordura…
No me sirven. Tan sólo esta locura
tiene sentido, y a ella me acomodo.
Los Angeles, 11 de noviembre de 2013
3547 - Cautiverio
Todos los ciudadanos son cautivos
de sus propios, ineptos, gobernantes.
Ciertamente, hemos sido los votantes
responsables; en parte, no exclusivos.
Nosotros, como padres adoptivos,
no les dimos los genes; son farsantes,
dando chatarra al prometer diamantes,
y como tal, vulgares y opresivos.
El político es fétida marea
que avanza y se retira, y sólo crea
el detritus que pare su criterio.
Elegiremos a otros, reemplazando
a los incompetentes para el mando,
y cambiará el patrón, no el cautiverio.
Los Angeles, 12 de noviembre de 2013
3548 - Cavidad
Oquedad, orificio o hendidura,
pórticos de inserción exploratoria,
abriéndose galantes a la euforia
de irrupción, ya en contrato o aventura.
Ábremelos, que vengo en la premura
de conocerte a fondo. ¿Qué memoria
me quedará de ti, si en esta historia
tan íntimo contacto no madura?
Quiero llegar a ti por cada entrada
que me sea ofrecida o revelada,
y estudiarte, saberte en plenitud.
Y una vez explorada y poseída,
deleitarme en la práctica adquirida,
yaciendo en ti en pletórica quietud.
Los Angeles, 12 de noviembre de 2013
3549 - Ceder
Plantado en mi opinión. No lo estaría
sin la seguridad de mi certeza.
Pienso, analizo y hablo con franqueza.
Callar es replegarse, cobardía.
No hay verdad inconcusa en teoría
que aún no se ha demostrado; la agudeza
intenta convencer, pero tropieza,
siendo a menudo cápsula vacía.
La idea, y la razón que la sostiene,
son lo fundamental, y quien se abstiene
de tales elementos, mejor ceda.
No me acoses con armas de lenguaje,
sino de raciocinio; tu plumaje,
si bello, no convence, sólo enreda.
Los Angeles, 12 de noviembre de 2013
3550 - Ceguera
¿Y si un día, ya ciego, no te viera?
Se detendría el tiempo, y su mudanza,
y no envejecerías; qué alianza
de tu sueño y el mío, en la ceguera.
Te leería en braille, a la manera
del invidente que afanoso avanza
su tacto en los relieves, grácil danza
de dedos en tu piel de primavera.
Eterna juventud, siembra fecunda
sobre tu superficie, que me inunda
con los frutos de extática cosecha.
Oh, noche oscura, tan iluminada
que más que sombra es plácida alborada,
con el alma, de amar, casi deshecha.
Los Angeles, 12 de noviembre de 2013
3551 - Celda
El silencio, herramienta del asceta,
la celda, rompeolas que lo abriga,
la soledad, su verdadera amiga,
y la oración, su táctica secreta.
Cuando su mente o voluntad se agrieta
bajo el ardid del tentador que hostiga,
por cilicio o flagelo se castiga,
y con súplica al cielo lo completa.
Ni música ni frívola lectura
turban sus horas; sólo se satura
de lo eterno en la vida cotidiana.
Duerme sobre jergón de paja, y sueña
con ángeles de estampa navideña,
despertando al tañer de la campana.
Los Angeles, 13 de noviembre de 2013
3552 - Cerco
Ciudad sitiada soy por las mesnadas
de la relegación y la amargura;
su campo en torno mío se apresura
a abatir o asaltar mis barricadas.
Mis tropas, aunque en pie, desalentadas,
perdida ya su proverbial frescura,
reflejan un crepúsculo de dura,
servil aceptación, en sus miradas.
Hombre de amor y de verdad, quedome
una oquedad brutal tras el desplome
de mi espléndido templo de cristal.
La derrota me acosa, y me defiendo
en esta causa estéril, pretendiendo
que aún sigue en mi interior el festival.
Los Angeles, 13 de noviembre de 2013
3553 - Cerradura
Vengo a abrirte. No sé lo que me espera,
aunque sí lo vislumbro, o no vendría.
He estudiado tu entorno, en lejanía,
y deduzco tu afán por tu manera.
Cerrada estás. Sé que hay una pantera
rugiendo en tus entrañas, que podría,
de ser libre, atacarme; todavía
no me asalta el temor; salga la fiera.
En mi poder está, pronta, la llave;
si bien va en rigidez, la entrada es suave,
y capaz de activar el mecanismo.
Frente a mí, cimbreante, toda abierta,
sólo de mi dinámica cubierta,
por los campos en flor del erotismo.
Los Angeles, 13 de noviembre de 2013