Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos LXX

Índice

Sonetos:
Blando Blusa Boca Bombardeo Bosque Braga Bramido Brasa
seperador

Breverías

3171
En la cripta sombría de la mente, donde apenas bajamos, aúllan los falsos lobos del temor. Y al escuchar sus ecos, de repente la razón nos evade, y claudicamos antes de analizar al transgresor. Siendo el miedo decrépito asaltante, su estrategia es inútil sin vigor, y al enfrentarlo no es beligerante.

3172
La esperanza está al fondo de los sueños, y ni ellos ni ella existirán aislados. Ya grandes tus anhelos, o pequeños, mantén la fe de que serán logrados.

3173
Haya humor en tu vida, y ligereza, que nada será eterno, y lo precario no inspira seriedad. Ríete sin herir, con gentileza, del amigo, el extraño, el adversario, y verás reducirse la ansiedad.

3174
El cazador es simple anacronismo nostálgico de la era cavernaria, a la que mentalmente pertenece. Vivía el troglodita el realismo del hambre en su dinámica diaria, que hoy, en el cazador, desaparece. Si aquél mataba, por comer lo hacía; pero éste mata y, necio, se envanece de su brutalidad y puntería.

3175
El miedo te persigue sólo cuando lo escondes en ti mismo, y te estrangula. Abre la puerta, tu interior airea. Habla sobre ello, y se te irá tornando menos amenazante; capitula viéndose destapado, o se bloquea.

Sonetos

3610 - Blando
Suave al tacto, flexible, sin arista, sobre cuyo ámbito gentil me afano, de inicio con los dedos, con la mano, con fina exquisitez de ceramista. Cada relieve objeto de la vista antes de cada roce, te engalano de invisible atavío cortesano, nueva piel que con la otra coexista. Este exclusivo, cálido momento de tu quietud, es ráfaga de viento a que te rindes, y te envuelve entera. Es tu hora, es mi hora, ambas dispares, e iguales a la vez, tan familiares; y el pulso de mis venas se acelera.
Los Angeles, 8 de diciembre de 2013
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3611 - Blusa
Te envuelve en leve y entrañable abrazo, revelación al tiempo que misterio de tu doble, pletórico hemisferio, en cuyos movimientos me solazo. Cupido apresta entre ambos su flechazo, de certero destino; su criterio, arbitrario y caótico, no es serio, lo es su secuela, con o sin rechazo. Así vas por calle, revelando poder de seducción; a quién o cuándo enigma es que, de pronto, no esclareces. Ay, que tu blusa, fina y entreabierta, tiene características de puerta, ardua de entrar, aunque el acceso ofreces.
Los Angeles, 8 de diciembre de 2013
seperador
3612 - Boca
De ella viene el vocablo convincente, el gesto invitador que se improvisa en la complicidad de la sonrisa, suya la oferta lúbrica, absorbente. Nada conecta corazón y mente con tal intensidad, y en su pesquisa de pórtico de entrega, no precisa sino del beso en humedad ferviente. Me hablan tus ojos, y también me besan, pero sólo tus labios me confiesan en voz alta tus propios sentimientos. Los escucho, y absorbo, y eslabono al cerco de los míos, y fusiono dos almas por dos órganos hambrientos.
Los Angeles, 8 de diciembre de 2013
seperador
3613 - Bombardeo
Asesinato en masa, ejecutado por las altas esferas nacionales, que luego estamparán en sus anales sellos de gloria, por razón de estado. El criminal será condecorado, el presidente, en actos oficiales, los daños llamará colaterales, y será, entre sonrisas, retratado. Niños, ancianos, jóvenes, mujeres, descuartizados vivos por poderes que hasta invocan a Dios cada mañana. Dios los maldiga a todos, y el diablo reavive el fuego, afile su venablo, y al fin torture a tal piltrafa humana.
Los Angeles, 8 de diciembre de 2013
seperador
3614 - Bosque
Hallo en él soledad y compañía, silencio humano y prístinos rumores, que en luz opaca y vívidos colores tejen estimulante sinfonía. No tengo sed de nadie ni me guía afán alguno. Mirlos, ruiseñores, mecen mi oído; profusión de flores me colman de fragancia y lozanía. Y el arbolado sobre mí construye viviente catedral, en que se intuye la caricia del hálito divino. Voy sin prisa, y a nada forastero, siguiendo, cuando lo hay, cualquier sendero, y en ausencia del mismo, abro camino.
Los Angeles, 9 de diciembre de 2013
seperador
3615 - Braga
Acercándome a la última frontera, a un lado y otro quedan, por el suelo, prendas que intenso deshojó mi anhelo, de que tu piel turbada se libera. Ni hay argucia en mi plan ni te vulnera; recíproca actitud, sin el recelo de ambiguo cooperante; sólo apelo a tu libre albedrío, compañera. En este punto, la postrera etapa, eres tú quien, de grado, se destapa de la prenda final, sin sonrojarte. Te contemplo. Desnuda eres más bella. Voy a estampar en ti mi íntima huella, irrumpiendo en tu lúbrico baluarte.
Los Angeles, 9 de diciembre de 2013
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3616 - Bramido
Ruge agitado el mar, y muge el toro, revistiendo la furia de sonido; nos invade el terror por el oído, filtrándose también por cada poro. Y nos estremecemos. Pero el coro de fragor, de clamores, sólo es ruido, amenaza, tal vez, mas nunca ha habido golpes de voz, por tanto los ignoro. Si el toro viene a mí, y me zarandea, si el mar, al abrazarme, me acarrea al clamor espumoso del rompiente, ya no braman ni rugen, ya es la hora del miedo y de la fuga. Quien devora, es eficaz; quien habla, impertinente.
Los Angeles, 9 de diciembre de 2013
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3617 - Brasa
Las llamas alborotan en su danza sobre el tronco decúbito y ardiente; cada una serpentea irreverente su lengua en veleidosa mezcolanza. Son jóvenes aún, y la pujanza es la norma del éxito insolente. Irán envejeciendo, y decadente su fuerza ha de dormir, y su esperanza. Será la edad de oro de otro fuego; del que irradia en la brasa, del sosiego, impulsivo también, mas paso a paso. Si menos trashumante, más estable; con la sabiduría de lo afable, y menor perspectiva de fracaso.
Los Angeles, 9 de diciembre de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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