Breverías
3201
El futuro está ya casi a la vista,
y ocurrirá, se quiera o no se quiera;
ni se prevé, se adquiere o se conquista,
es él quien de nosotros se apodera.
Déjalo en paz. Bastantes avatares
enfrentamos al filo del presente.
Llegue con alborozos o pesares,
siempre aparecerá tan de repente.
3202
¿Qué hay del ayer? Ya transcurrió; está muerto.
Ni admite variación, ni da enseñanza.
Si la diera, serías tan experto,
tan digno de atención, de confianza…
Pero el ayer es mudo; si nos grita
seremos todos sordos, o inconscientes.
Tal vez, bajo amenaza, nos invita,
pero somos espíritus ausentes.
3203
Llama la tentación, y si no abrimos,
no pasará de largo, golpeando
con mayor contundencia a nuestra puerta.
Y al fin se la abriremos. Sucumbimos,
no ya por ser nuestro carácter blando,
mas por ser tan magnífica su oferta.
3204
Sólo hay dos formas de vivir la vida,
dejar que nos moldee, o moldearla.
En una el alma quedará dormida,
incapaz de apremiarse, o controlarla.
En otra tomará escoplo y martillo,
y habrá de cincelarla a su manera;
alma con fortaleza de castillo,
que la sabe vivir como quisiera.
3205
Hemos en el invierno amanecido,
pero se escucha ya el trote lejano
de la joven, fecunda primavera.
Este silencio hostil, casi vencido,
se poblará de cantos, y en el llano
verdeará de nuevo la chopera.
Se ha de trocar en gozo y esperanza
la actitud del invierno, plañidera,
si mi canción renace y se afianza.
Sonetos
3658 - Aglomeración
Me asfixia la ciudad, me inmoviliza,
restringe mi aptitud de pensamiento;
me confunde su ritmo turbulento,
y me envenena su aire de ceniza.
Es Torre de Babel, deshumaniza,
confunde y amalgama, en detrimento
de la interconexión. Entre cemento
y asfalto la razón se esteriliza.
De sus ruidos me evado, recluído
en mi íntimo rincón, donde el ladrido
de los necios de turno me respeta.
O salgo al campo libre, a la espesura,
y en su rumor, fragancia y hermosura,
se regenera mi alma de poeta.
Los Angeles, 2 de enero de 2014
3659 - Agnóstico
Vienes a mí con el zurrón repleto
de los dogmas que integran tu creencia,
pero no me convencen; tu elocuencia,
si brillante, cuerpo es sin esqueleto;
no se mantiene en pie, queda sujeto
a informe masa, críptica apariencia,
revelando trivial incoherencia,
y como tal carente de respeto.
Como agnóstico, creo en todo aquello
que puede demostrarse; imprimo el sello
de consenso por válidas razones.
Y sin éstas, enfático desdeño
cuanto es, más que razón, doctrina o sueño,
verdades que son meras convicciones.
Los Angeles, 2 de enero de 2014
3660 - Agonía
Estás al pie de la última muralla,
e ignoras lo que oculta el otro lado;
no por tu voluntad aquí has llegado,
y a punto estás de la final batalla.
Te asedia la tiniebla, te avasalla,
y has de excavar, seas o no soldado,
tu propio túnel, hondo, prolongado,
mientras el más allá te espera y calla.
Nadie contigo. Diluído el llanto
de las personas que te amaron tanto,
y sus rostros también desvanecidos.
Concluída tu zapa, te deslizas
por su estrechez, y en sombras y cenizas
te encuentras, como todos los vencidos.
Los Angeles, 2 de enero de 2014
3661 - Agravio
En violencia de arpón, de ladrillazo,
de mayor conmoción por repentino,
o asalto a mano armada en el camino
por quien ayer me agasajó su abrazo.
Llegan así, imprimiendo tal frenazo
al ritmo de la vida, que el destino
parece haber trocado en torbellino
la línea recta de su propio trazo.
Agravio de enemigo, inevitable,
lleva cierto sabor de tolerable,
siendo menos difícil de olvidar.
Mas viniendo de hermano, amante, amigo,
más que injusto, es traumático castigo
sobre quien nunca desistió de amar.
Los Angeles, 2 de enero de 2014
3662 - Aguacero
La llovizna es el beso de ternura
que roza levemente; es el bolero.
En su intenso arrebato, el aguacero
deviene orgasmo; Wágner su figura.
En ambos me sumerjo, su envoltura
me cubre, ciñe, empapa por entero;
de ella acepto el encanto zalamero,
de él, la provocación, la desmesura.
Salgo a la calle en mayo, y el ambiente
se hace fina caricia transparente,
rostro al cielo la acepto y me solazo.
Y en agosto es el brío, el zarandeo,
descenciendo voraz, sin titubeo,
marea vertical, cósmico abrazo.
Los Angeles, 3 de enero de 2014
3663 - Ahuyentar
Me circunda en el sueño una manada
de pardos lobos de cariz hambriento,
y me encierro en mí mismo en el intento
de evadir desgarrón y dentellada.
Pero siguen conmigo; su zancada
más próxima, mayor mi desaliento.
Si son mi negro yo, ¿cómo lo ahuyento?
¿O cómo ejecutar mi retirada?
Despierto sudoroso, estremecido;
quietud, silencio, apenas el sonido
de distante reloj, que no me calma.
Un mal sueño, lo sé, mas con secuela.
¿Cómo trocar los miedos en cautela,
si no se logran ahuyentar del alma?
Los Angeles, 3 de enero de 2014
3664 - Aislamiento
Eres, en parte, una entidad completa,
sujeto indivisible, soberano;
y también eres, como ser humano,
limitación, a los demás sujeta.
¿A qué tu reclusión? No eres asceta
confinado al desierto, o ciudadano
de abrupta isla perdida; eres hermano
de quien te vilipendia o te respeta.
Aislarse es dimitir de obligaciones
impuestas al nacer, como eslabones
que somos de ecuménica cadena.
Vibre tu voz en todos los oídos,
presta atención a cantos y quejidos,
sé campo abierto, no abstraída almena.
Los Angeles, 3 de enero de 2014
3665 - Ajeno
Ah, la fascinación de lo prohibido,
que aun lo mediocre se nos rinde bueno,
sabrosa fruta en el cercado ajeno,
mejor que la que en casa hemos mordido.
La ilegitimidad de la libido
dora la fantasía, quiebra el freno,
dulcifica el más ácido veneno,
y ensombrece el cerebro más lucido.
Más que en la piel, el sexo está en la mente,
y ésta es más juvenil que congruente
al punto de adoptarse decisiones.
Por tanto, ven a mí, o abre tu puerta,
sea de ti o de mí, surja la oferta
que estremezca ventanas y balcones.
Los Angeles, 3 de enero de 2014