1061 - La meta
Cada huella estampada en el sendero
queda detrás de mí, yo a nadie sigo;
ni ciudad, ni mujer, ni ángel persigo,
sin partida o llegada, viajero.
Para quienes me ven soy extranjero,
y aunque nada poseo, no mendigo;
si junto a mí has de caminar, amigo,
lo harás con ritmo servicial y austero.
Llegar es diluirse en el ocaso,
la meta no está al fin, es cada paso,
es hoy, ahora, este preciso instante.
Sonríe, amigo, danza, canta, llora,
siente y estalla sin pensar, e ignora
cuanto hay detrás de ti, cuanto hay delante.
Los Angeles, 24 de marzo de 2004