1062 - Mi noche
Todo, dentro de mí, desordenado,
todo, fuera de mí, pura armonía,
en mi fondo la noche envidia al día,
que al exterior la ignora, ensimismado.
Tal vez soy, más que infausto, afortunado,
porque el desorden es pasión; podría
la concordia ser muestra de apatía,
y la noche es del hombre enamorado.
¿Para qué el equilibrio rutinario?
El día, ¿para qué?, si es tan precario
su tráfago de luces y rumores?
Dadme el caudal anárquico nocturno,
dejadme devorar, como Saturno,
a estos hijos que engendran mis amores.
Los Angeles, 27 de marzo de 2004