1250 - Bebe de mí
Ánfora soy de besos, nunca llena,
pues sobre ti incesante se derrama;
qué sed inextinguible se encarama
al hueco de tu boca. Cada vena,
bajo tu piel, lleva caudal de arena,
tan seca, tan ardiente, que reclama
nuevo desagüe, lúbrica amalgama
de incendio y humedad, cepa y colmena.
Bebe de mí, de esta presencia erguida,
fresca abundancia en cántaro, y olvida
aguas que no han brotado de mi entraña.
Alza a tu labio el ánfora opulenta,
y absorba tu alma, férvida y sedienta,
este raudal de besos que no engaña.
Los Angeles, 13 de marzo de 2005